Vestidos con camisa y pantalón blancos y ataviados con  orejas y rabos de conejo –en alusión al tema que interpretan y bailan, El Conejito–.  cuatro integrantes del grupo ambateño Los Conquistadores causan aceptación y rechazo en la web www.youtube.com, donde rota el video que “algún admirador subió”.

Francisco Manobanda, director del grupo, indica que la canción original la grabaron en 1997 y la reeditaron en el 2008 con el video que en la internet, asegura, “han visto más de dos millones de personas”, cifra que aunque no supera la registrada por Delfín Quishpe (en el 2007, cuando popularizó sus Torres Gemelas), sí  descubre el gusto, interés y hasta curiosidad por la  llamada música ‘chichera’ dentro y fuera del país.

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A unos el término –ausente en el diccionario– les molesta por considerarlo despectivo. Otros lo acogen, pues aseguran que, aunque es originario del Perú, describe en Ecuador el gusto por lo  popular. Pero, en lo que sí coinciden los artistas nacionales consultados es que el boom siguen siendo los ritmos  del folclore andino y amazónico, fusionados con lo tropical.

Al igual que Los Conquistadores, Lolita Echeverría, quien nació hace 49 años en Pallatanga pero reside por más de 20 en Quito, suena en youtube.com, RTU TV (canal 30, en Guayaquil) y radio Canela (90.5 FM)  con Caraguay, una composición tradicional de las comunidades indígenas de Otavalo, según  Humberto Maldonado, responsable de su adaptación.

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El ritmo de la canción –grabada además de Echeverría por otros 80 artistas– es una mezcla de zapateado y danzante, y el video, que se inicia con una feligrés que deja el confesonario bailando, causa hilaridad. “El propósito era llamar la atención sin vulgaridad”, dice ella.

Manobanda coincide. El líder de Los Conquistadores, banda con doce años en los escenarios, considera que al ponerse  orejas y rabo de conejo no cayeron en el ridículo porque el propósito era divertir con música.  Por ello, incluso las letras de sus canciones, como Corazón de chancho, son jocosas.

Para sus demás presentaciones, el grupo, integrado también por Soledad Manobanda y Franklin Galarza, viste trajes e indumentarias de la comunidad indígena Chibuleo San Luis, de la parroquia Juan Benigno Vela, a la cual pertenecen.

“La intención es sorprender. Es la clave  de nuestro éxito”, dice el director del grupo ambateño, que también ha popularizado canciones como Quién toma más que yo y , Por mi andas llorando, y que ha  registrado las deserciones de Víctor Charco y Ángel Maliza, dos de los cuatro Conquistadores que aparecen en el video de El Conejito.

“Los yaravíes, fox incaicos, tonadas, sanjuanitos, albazos, jumbos y danzantes son nuestros. Interpretarlos, sean puros o fusionados, es una forma de difundir la cultura nacional”, anota Echeverría.

Maldonado, compositor y arreglista con 45 años al frente de la productora Latitud Cero,  establece las diferencias entre la música tropical andina y amazónica. La primera es más alegre, completa y expresiva, mientras que la segunda es más rápida y algo monótona. “Ambos registran instrumentos como quena, zampoña, pinguyos, dulzainas, armónicas, rondadores, guitarras  acústicas, etc.”.

Agrega que por la pluriculturalidad del Ecuador los ritmos son muchos y variados, y que  la música folclórica fusionada con ritmos tropicales o alegres siempre ha estado vigente. Su principal mercado es la Sierra, pero ahora registran buena aceptación en la Costa.

Echeverría, quien se inició en la música en 1983, cuenta con nueve acetatos, dos long play, diez CD e igual número de DVD, comenta que con Caraguay y Camino a España logró cautivar, además, a los migrantes. “Son  quienes más consumen nuestra música“, revela.

Lo mismo comenta José Francisco Chimbolema, de 36 años de edad y  8 como intérprete profesional. Él, que se inició cantando música nacional, ha editado dos discos en los que mezcla los ritmos folclóricos del Ecuador con lo tropical y  tecno. Estos son Folkbomba, compuesto por doce canciones, y Tecnochicha, por 20. “En convenio con una productora local he comercializado mi material en Estados Unidos y España”.

Chimbolema, que también cuenta con videos, considera que canciones como las suyas gustan afuera porque tienen sentimiento, sabor y tradición. “Los migrantes las disfrutan porque los acerca al país y  sus familiares”, dice el intérprete de El picaflor, Quema de castillo, Santo remedio, Huerfanito y Con sabor a carnaval.

Xavier Acurio, a quien en los micrófonos de radio Canela se lo conoce como el padre Benito Cámelas, indica que la música tropical andina y amazónica no gusta solo a los migrantes.

“La pautamos para apoyar al talento nacional y compartir con los oyentes música tan rítmica que anima el día. Además, el público la pide”, afirma y agrega que temas como Caraguay lo programan en los espacios ‘A filo de cama’, al aire de 05:00 a 08:00, y ‘Radiación temprana’, de 09:00 a 12:00.

“Intérpretes hay muchos. Unos más tropicales y andinos que otros y la mayoría con mucha aceptación”, concluye Maldonado y pone como ejemplo a Ángel Guaraca, cuya página web oficial lo da a conocer como el Indio cantor de América.

OTROS ÉXITOS
Luego del boom que ganó con Torres Gemelas (incluido en Delfín hasta el fin, su tercer disco), Delfín Quishpe popularizó las canciones Libre como el viento y más, Cuando salí de mi Patria, Cumbia, Ecuador y Latin.

GIRAS
Él, que reside en Riobamba, ha ofrecido presentaciones en Perú, Colombia, Chile y Estados Unidos. “También he tenido propuestas para ir a México y España”, dice.

NUEVAS PRODUCCIONES
Actualmente, Delfín Quishpe trabaja en  canciones similares a Torres Gemelas, que fusiona la música folclórica ecuatoriana con otros  ritmos latinoamericanos. “Una de estas hace referencia al calentamiento global”.