Santino, un chimpancé de 30 años, ha venido a dar la razón a los científicos cognitivos que estudian a los primates: los animales hacen planes de futuro, al igual que los humanos, y pueden ser tan malintencionados como ellos.

Desde hace diez años, los cuidadores del zoológico de Furuvik, han venido observando a Santino, que tiene la costumbre de recoger piedras, seleccionarlas y pulirlas con toda calma para luego arrojarlas con premeditación y alevosía contra los visitantes del parque.

Según un reporte en la revista Current Biology, el macho dominante de 31 años comenzó a preparar su escondite de armas por la mañana, antes de que el parque animal abriera sus puertas, recolectando piedras y demoliendo pedazos de concreto en el interior de su recinto.

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Esperó hasta cerca del mediodía antes de desatar un ataque de piedras contra los visitantes, de acuerdo al estudio.

"Estas observaciones muestran convincentemente que nuestros semejantes simios consideran el futuro de una manera muy compleja", apuntó el autor del reporte, el estudiante de doctorado Mathias Osvath de la Universidad Lund.

Significa que tienen una conciencia altamente desarrollada, incluidas simulaciones mentales parecidas a la realidad de acontecimientos potenciales, señaló.

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Los descubrimientos de Osvath se basaron en sus propias observaciones de Santino y en entrevistas con tres cuidadores de alto rango que han seguido el comportamiento del chimpancé durante 10 años en el zoológico Furuvik, ubicado cerca de 150 kilómetros al norte de Estocolmo.

Al parecer, debido a que tiene una posición cómoda como líder del grupo, Santino no atacaba a otros chimpancés, dijo Osvath. Los ataques fueron dirigidos únicamente a humanos que miraban a los simios desde el otro lado del foso de seguridad que rodea la isla donde estaban ubicados.

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Sin embargo, rara vez golpeó a los visitantes debido a su mala puntería y nadie resultó con heridas graves en los casos en que acertó, narró Osvath.

Las observaciones confirmaron el resultado de un experimento realizado en laboratorio reportado en 2006 por científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Leipzig, Alemania.

En ese caso, orangutanes y chimpancés enanos de Zaire fueron capaces de descifrar qué herramienta funcionaría para recoger uvas. Los animales pudieron recordar que debían llevar la herramienta con ellos horas después.

Cada ocasión que se puede combinar datos experimentales y de observación y se obtiene un resultado coherente, eso es muy eficaz, dijo Joseph Call, un autor del estudio de 2006.  Esta es una observación importante, agregó.

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