Los militares se presentaron en la Villa Pilar, edificio de la actual Dirección  de Educación del Guayas, preguntando por el ex ministro de Hacienda, Víctor Emilio Estrada Sciacaluga. Eran los años cuarenta cuando un grupo armado le propuso al ex ministro, primogénito del mandatario Emilio Estrada Carmona, que asuma la Presidencia de la República tras el golpe de estado con el que más tarde derrocaron a José María Velasco Ibarra.

Pero Estrada Sciacaluga, en medio de los libros de su estudio -actual área de Escalafón-, rechazó la propuesta. “No era un golpista, sino un demócrata”, indica su nieto Eduardo Estrada, un investigador que conserva 1.600 fotos familiares de la época. La mayoría tienen como escenario la Villa Pilar, la antigua hacienda guayaquileña Esperanza, que comprendía en 1872 unas seis cuadras de extensión entre el potrero de la Cruz al norte, la Saiba al sur, el potrero de la Chala al oeste y el río Guayas al este. En 1903 se redujo a una par de manzanas desde la calle Daule a  Chambers y de Chile a Cinco de Junio, según reseña el tomo 3 de la Guía Histórica de Guayaquil, de Julio Estrada Ycaza, hijo del ex ministro de Hacienda.

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En medio de ese terreno, comprado por Víctor Emilio Estrada Sciacaluga a Enrique Gallardo, comenzó la construcción de la Villa Pilar con cemento italiano, cerámica española y labrados de piedra.

Esta edificación llena de historia está oculta entre las oficinas de la Dirección  de Educación del Guayas, en la hoy avenida Domingo Comín y Chambers, en el sur de Guayaquil. Ahí ningún funcionario conserva documentos o planos arquitectónicos del edificio, al que diariamente llegan al menos un millar de docentes, padres y estudiantes. Los profesores acuden para pedir nombramientos, cobrar salarios e impugnar cambios, y  los representantes para presentar denuncias o reclamar por calificaciones.

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Ahí, únicamente hay registros financieros de las docenas de adecuaciones que se han hecho desde 1974 en que este inmueble fue vendido al Ministerio de Educación, algunas de ellas para crear nuevas oficinas, ampliar departamentos en los patios y poner divisiones de cemento o madera que sirvan como locales de alquiler para la venta de libros o copias.

La compra de la Villa Pilar se produjo durante el gobierno militar del general Guillermo Rodríguez Lara. Una placa de la adquisición, cuando era ministro Guillermo Durán Arcentales y director Oswaldo Massuh, resalta en uno de los recibidores del antiguo edificio, frente a la chimenea de la casa de los Estrada, actualmente convertida en un negocio de fotocopiadora. Quien lo atiende, Sandra Bajaña, señala que no tiene ni idea de quién fue Víctor Emilio Estrada Sciacaluga. “Ha de haber sido uno de los héroes del país”, responde equivocadamente.

Víctor Emilio Estrada Sciacaluga fue un reconocido banquero autodidacta que como ministro de Hacienda de Velasco Ibarra diseñó el famoso Plan Estrada, un programa económico integral para reestructurar el Estado tras la crisis mundial en 1934. Planteaba mayor control del Banco Central en la moneda, la creación de cooperativas agrícolas, alzas salariales, reformas  agraria y tributaria, y nacionalizar el seguro de vida.

El Congreso de entonces rechazó el plan y Víctor Emilio Estrada Sciacaluga renunció para volver a la banca, pero no se desentendió de la política.

La Villa Pilar -recuerda su nieto- siempre fue el sitio de reuniones políticas y económicas. En las salas de estar, en el estudio o en el comedor -la actual planta baja de la Dirección de Educación- se debatía.

Ahí mismo se ubicaba el dormitorio de Víctor Emilio Estrada Sciacaluga, que fue cedido para alojar como huésped ilustre al ex presidente Velasco Ibarra. De aquella visita, el investigador Eduardo Estrada recuerda como anécdota que el mandatario confundió con perfume uno de los aromatizantes de baño que había en la habitación y se aplicó en el rostro. Cuando salió al comedor -actual Caja en la Dirección-, todos los invitados a la cena de recepción miraron con sorpresa el tono verde de su cara. “Aparentemente, señor Presidente, usted se ha echado el aromatizante que tenía en el baño, y está verde”, le dijo el anfitrión, según recuerda Eduardo Estrada.

En la Villa Pilar -nombre de una de sus hijas- nacieron los ocho herederos de Víctor Emilio Estrada Sciacaluga, entre ellos el arqueólogo guayaquileño Emilio Estrada Ycaza, considerado como el descubridor de la cultura Valdivia, una de las más antiguas de América.

Por tener una familia grande, la casa tuvo modificaciones hasta cuando los hijos se casaron y solo quedaron los padres. Ambos fallecieron en 1954. Víctor Emilio Estrada Sciacaluga primero, víctima de un cáncer de páncreas, e Isabel Ycaza después, tras sufrir un derrame.

Para entonces la Villa Pilar ya no tenía las dos manzanas que comprendía, sino que había sido parcelada para la construcción de dos viviendas para las hijas de los Estrada-Ycaza.

Con la muerte de Víctor Emilio y su esposa, los hijos decidieron vender la villa, en una cantidad que nadie recuerda, a las religiosas de la Asunción, quienes pusieron a funcionar ahí su colegio por varios años, hasta que consiguieron uno propio en la década de los setenta.

En 1974, la vendieron al Ministerio de Educación. Desde entonces, la Villa Pilar comenzó a perder su estructura, pero mantuvo su carácter histórico.

La casa de los Estrada es desde hace 35 años el centro de   debates educativos y más de un usuario da por ciertas las leyendas que cuentan los empleados, acerca de que Víctor Emilio Estrada Sciacaluga vigila y asusta a quienes no actúan con honestidad en su propia casa.