Las críticas de los católicos germanoparlantes hacia el Papa Benedicto XVI prosiguen, pese a sus intentos por calmar el revuelo provocado por un obispo británico que niega el Holocausto.

"No hay calma después de la tormenta", afirmó el jueves en un editorial el semanario católico Rheinischer Merkur sobre la decisión del Vaticano de levantar las excomuniones a cuatro obispos tradicionalistas entre los que se encuentra Richard Williams, que niega la magnitud del Holocausto y afirma que no hubo cámaras de gas.

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"Un poderoso huracán acaba de pasar por la Iglesia Católica, y sus fuertes vientos han dejado marcas especialmente profundas en Alemania", añadió el texto. En Alemania, Austria y Suiza se han producido comentarios críticos a diario, algunos incluso por parte de obispos católicos.

Benedicto XVI ha intentado cerrar viejas heridas dentro de la Iglesia y con los judíos, reuniéndose con líderes judíos y ordenando a Williamson que se retracte.

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Sin embargo, el descontento permanece en los países germanoparlantes, donde el Holocausto sigue siendo un tema muy delicado más de 60 años después del final de la Segunda Guerra Mundial, en la que los nazis mataron a seis millones de judíos.

"Los obispos alemanes tienen una sensibilidad especial con temas relacionados con el Holocausto, tiene carga política", explicó Anja Middelbeck-Varwich, del Seminario de Teología Católica de Berlín.