Ante cerca de dos millones de personas a los pies del Capitolio, Barack Obama entró en la historia al asumir como el primer presidente negro de Estados Unidos, en una jornada histórica que será la primera, dijo, de una “nueva era de responsabilidad”.

Toda la nación vivió la ceremonia con intensa emoción, debido al cambio que representa tener el primer presidente negro para un país que abolió la esclavitud hace 150 años.

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El momento culminante de la ceremonia fue cuando Barack Obama, acompañado por su esposa Michelle y sus hijas Malia y Sasha, juró desempeñar el cargo –con su mano sobre la Biblia que usó el mandatario abolicionista Abraham Lincoln– con honestidad y proteger la Constitución estadounidense.

Obama, a sus 47 años, se convirtió así en el presidente 44º de Estados Unidos. Fue una declaración de solo 40 segundos, pero que supone un acontecimiento histórico para el país y una increíble hazaña personal para un hombre que hace apenas cuatro años era un desconocido en la política nacional.

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El juramento
“Yo, Barack Hussein Obama, juro solemnemente cumplir fielmente las funciones de presidente de Estados Unidos y, en la medida de mis posibilidades, salvaguardar, proteger y defender la Constitución de Estados Unidos”, declaró.

La juramentación de Obama fue observada por un repleto Mall, el gran paseo que desde hace casi tres décadas sirve de decorado natural para la investidura presidencial.

Desafíos para estadounidenses
En su primera intervención como presidente de la nación, Obama no ocultó la gravedad de la situación del país, con dos guerras abiertas y la peor recesión de los últimos 70 años, aunque prometió, esperanzado que “superaremos esos desafíos”. Para ello, proclamó el inicio de una “nueva era de responsabilidad” individual y colectiva para afrontar todos los desafíos.

“Hoy les digo a ustedes que los desafíos que enfrentamos son reales, son serios y son muchos”, dijo Obama en su discurso, en el que también expresó: “No serán fácilmente enfrentados o en un corto periodo de tiempo. Pero que se sepa esto Estados Unidos: se enfrentarán”, añadió.

En su discurso de investidura, no faltaron las críticas, y dijo que con su llegada al poder se ponía punto y final a la era de la mezquindad en la política.

La ceremonia fue presenciada por las primeras autoridades del país, los miembros del Tribunal Supremo, la jerarquía del Congreso, el presidente saliente George W. Bush, y tres ex mandatarios del país: Jimmy Carter, George Bush (padre) y Bill Clinton.

Múltiples actividades
La jornada de Obama comenzó temprano en la mañana, cuando acudió junto a su esposa Michelle a un servicio religioso en una iglesia justo enfrente de la Casa Blanca.

Tras el discurso, Obama y el vicepresidente John Biden presidieron un almuerzo de honor con los miembros del Congreso en el Capitolio, sede del Poder Legislativo.

Euforia del público
Después, presidió el desfile a lo largo de la avenida Pensilvania, que une el Capitolio con la Casa Blanca. Obama y su esposa, Michelle, hicieron el recorrido en el automóvil presidencial, apodado Obamamóvil que lleva la matrícula de USA1.

Ante los gritos y vítores de la multitud apostada en la avenida, el presidente estadounidense salió del vehículo que lo transportaba ayer, caminó parte del recorrido del desfile inaugural y saludó a la gente que lo aclamaba en su camino hacia la Casa Blanca. Junto a la primera dama, Michelle Obama, el mandatario enfrentó las bajas temperaturas, para saludar a la multitud.

Así, Barack Obama entró a la Casa Blanca por primera vez desde que asumió el cargo ayer. El mandatario y su esposa participaron anoche en varios de los diez bailes de gala oficiales en su honor.