“El secreto para tener éxito en el negocio de una tienda de abarrotes es la buena atención al cliente, el orden y la limpieza del lugar”, así piensa don José Vásquez, dueño de la tienda Don Pepe, situada en Vacas Galindo y Chimborazo, en el barrio del Astillero. Su oficio lo aprendió a los 21 años de edad cuando decidió venir a Guayaquil desde su suelo natal, Déleg, en la provincia del Cañar, en busca de un futuro mejor, porque provenía de una familia, de ocho hermanos, muy pobre. Y seguro lo logró. A sus 54 años es dueño de una casa de dos pisos, donde funciona el negocio, pudo pagar los estudios de sus tres hijos y ahora vive cómodamente con su esposa, Rubí Dulce. ¿Cómo lo hizo? Empezó como empleado en la tienda de un primo, en las calles Alcedo y Quito, donde atendía desde las 06:00 hasta las 24:00. “Eran buenos tiempos, había más seguridad”, indica. Pero luego de dos años abrió su propia tienda en José de Antepara y Azuay.“Me fue mal porque era un barrio malo, y la vendí. Después compré un bar instalado en la 29 y García Goyena; lo tuve por un año, porque tampoco me gustó el ambiente”, dice. “El problema era que no me adaptaba a cualquier barrio, hasta que vine al Astillero y alquilé una tienda en Bolivia y Vacas Galindo. Como me iba bien compré el negocio y después de cinco años me trasladé a mi actual residencia”, indica.Antes, comenta, las ventas eran rentables, pero ahora se han reducido y lo que se gana son centavitos. Incluso la gente prefiere comprar en los malls o comisariatos. (S.M.)