Si lo concebimos como un árbol, el Salón del Gusto son las ramas y los frutos, mientras que Terra Madre son las raíces. Esto sumado al trabajo del hombre y la naturaleza se manifiesta ante nuestros ojos en forma de alimento. Las raíces de este árbol del que surge la vida las forman todos los  productores de alimentos cotidianos. En estos salones el visitante se convierte en la savia vital, puede recorrer el árbol desde las raíces hasta las últimas hojas, puede circular a través de articulaciones y ramificaciones siguiendo sus propias inclinaciones, curiosidades, impulsos; emprende un viaje didáctico, sensorial, de descubrimiento y de conocimiento, un recorrido por etapas donde se observa, se saborea, se aprende, un camino lento que facilita la reflexión. Son los campesinos, los productores de alimentos, los comerciantes, los docentes y los investigadores universitarios, los cocineros, los jóvenes, agricultores y los estudiantes de Terra Madre los que dan fuerza, materia, capacidad de renovación a esta gran feria de la multiculturalidad gastronómica que es el Salón del Gusto. Son ellos el abono necesario para que el árbol crezca y eche flores.Fuente: Terra Madre 2008.