El secretario del Tesoro, Henry Paulson, argumentó que las medidas fueron tomadas porque  Fannie Mae y Freddie Mac son tan grandes y están tan entrelazadas en nuestro sistema financiero que una falla de cualquiera de ellas causaría una gran turbulencia en nuestros mercados financieros aquí en casa y en todo el mundo.

Ambas compañías fueron puestas bajo protección federal. Serán administradas por la Agencia Federal de Financiamiento de Viviendas, la nueva agencia creada por el Congreso para regular Fannie y Freddie.

Las enormes deudas que enfrentan las compañías como resultado de una escalada en la falta de pago de hipotecas podría costarle a los contribuyentes norteamericanos decenas de miles de millones de dólares, pero Paulson dijo que el impacto financiero sería mucho más grave de permitir que las dos empresas vayan a la quiebra.

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La bancarrota habría afectado la capacidad de los estadounidenses de recibir préstamos para viviendas, préstamos para vehículos y otros financiamientos, señaló Paulson.

Herb Allison, un ex vicepresidente de Merrill Lynch, fue seleccionado para encabezar a Fannie Mae y David Moffett, un ex vicepresidente de US Bancorp, fue escogido para encabezar a Freddie Mac, anunciaron las autoridades.

La Reserva Federal y otros reguladores federales dijeron ayer en un comunicado conjunto que  una cifra limitada de instituciones más pequeñas tienen gran cantidad de acciones en Fannie y Freddie y que los reguladores  están preparados para trabajar con esas instituciones a fin de desarrollar planes de restablecimiento de capital.