Miles de personas disfrutaron de un concierto con artistas como Jorge Luis del Hierro y Douglas Bastidas.
Ocho mil almas. Cuatro voces en un solo escenario: Jorge Luis del Hierro, Gustavo Velásquez, Douglas Bastidas (ex vocalista de Tranzas) y Jaime Enrique Aymara. Y un tema emblemático: Nuestro juramento.
Cuando el sábado se enfilaba hacia la medianoche, los intérpretes se entregaban en el Palacio de Vistalegre de Madrid, España, al recuerdo del Ruiseñor de América, Julio Jaramillo, para protagonizar uno de los instantes memorables del concierto que la Embajada en la capital española organizó para recordar el aniversario de la gesta del 10 de Agosto de 1809.
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Fueron seis horas dedicadas a Ecuador. Es posible que más de uno se haya percatado de los problemas de voz que sufrió el intérprete guayaquileño Jorge Luis del Hierro debido a una afección a la garganta, pero se estrenó con honores en su debut en tierras ibéricas con temas como Voy dibujando, Dime quién pierde, Chiquitita y Devuélveme a ella. Minutos después, el escenario sucumbió ante el dominio en las tablas de Gustavo Velásquez.
El público que acudió gratis al llamado del embajador Nicolás Issa aplaudió a rabiar esas melodías que evocaron los recuerdos de una tierra lejana.
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Velásquez, que volvía tras un lustro de ausencia, actuó con perfección entre la sobriedad de algunos de los temas y ese atrevimiento tan suyo y tan presente en la memoria.
“Te quiero Ecuador, carajo”, exclamó ante unos seguidores incondicionales que rozaron el llanto al escuchar Collar de lágrimas o El aguajal, interpretado a capela.
Un tipo de recursos ilimitados que condujo a los inmigrantes al éxtasis con las notas de A mi lindo Ecuador. “Esto es inolvidable”, exclamó con los ojos húmedos la camarera quiteña Alexandra Paguay.
Velásquez dejó el terreno abonado para recibir a un monarca. Jaime Enrique Aymara, el rey de la tecnocumbia, sacrificó su participación en el reality ‘Bailando por un sueño’, edición especial, para acudir a la cita.
Y no defraudó. “¡Es lo que tiene la distancia, cuánta melancolía!”, parecía excusarse César Soria, camionero de Santo Domingo de los Tsáchilas, ante la mirada de Daniel Gómez, oriundo de Ciudad Real (Castilla-La Mancha) y enamorado de la cultura ecuatoriana.
La inyección de pop corrió a cargo de Douglas Bastidas, acompañado del sonido de la guitarra, el bajo y la batería que empuña la banda hispano-ecuatoriana Pensamiento 24.
El ex vocalista de Tranzas recuperó canciones como Dile, Dime si recuerdas, Morí, Plástica, Solo un tonto y Un nuevo amor, éxitos que bien podrían ser la banda sonora de miles de treinteañeros que deliraban en los graderíos y en la pista.
Exitoso final de fiesta aclamado hasta el delirio por un público entregado a la nostalgia. Simplemente, irrepetible.