El autor argentino es uno de los invitados extranjeros de la Feria Internacional del Libro de Guayaquil, actividad que se desarrolla desde el pasado 4 de julio hasta hoy en el Palacio de Cristal (en el Malecón Simón Bolívar), en homenaje a las fiestas patronales de la ciudad.

Marcelo Figueras es el autor de  Kamchatka, una historia vista desde los ojos de un niño,  que narra las vivencias  de la dictadura argentina. Nació como película y más tarde se transformó en novela. Figueras es también el guionista de los filmes   Plata quemada y Rosario Tijeras, basados en los libros de los escritores Ricardo Piglia y Jorge Franco, respectivamente. Y  forma parte del staff del  blog    elboomeran.com.

Publicidad

Escritor y periodista, Figueras,   argentino de 46 años que vive en Buenos Aires y que viaja constantemente  por el mundo, es uno de los invitados de la Feria Internacional del Libro de Guayaquil. Vino para presentar su novela La batalla del calentamiento  y  conversar de su trabajo como guionista.     

”Kamchatka surgió cuando   Marcelo Piñeyro (director de cine) había dirigido Plata quemada,  y empezamos  a buscar otras historias para filmar. Allí apareció el germen. En   pocas páginas  hice     una especie de sinopsis.  Y le dije a Marcelo: No sé si esta   va a ser tu próxima película, pero lo que sí sé  es que será mi próxima novela. Él me dijo: Perfecto,  pero te pido que escribas el guión primero”, recuerda.

Publicidad

¿Cómo entra usted  en la sensibilidad del  niño?
Hablo de una época de la Argentina  en la que yo tenía la misma edad del niño. Era mucho más natural  hablar como ese niño que tratar de ponerme en un personaje adulto, porque    no había sido adulto en esa época.   A mí me pasó lo mismo que al personaje de Kamchatka, un niño que se da cuenta  de que al lado están pasando cosas muy extrañas, pero no las entiende y trata  de entenderlas a partir de las cosas que  sí domina: el lenguaje de la televisión. Me resultó fácil interpretar ese miedo a partir de la serie   ‘Los invasores’, que habla de  una invasión de  extraterrestres  que toman la forma de la gente (y es difícil darse cuenta de si es humano o  extraterrestre),  lo cual le sirve al  niño para entender eso  que era fundamental en esa época: que  la persona que hasta ayer fue tu amiga, hoy en medio de la dictadura puede no serlo. 

El lenguaje de un  guión es distinto al de una   novela. ¿Qué implica para usted moverse en estos dos terrenos?
Es un acto que  encuentro  natural. No necesito hacer un esfuerzo para cambiar de registros.  Tiene que ver con la formación que he tenido. Desde pequeño amaba leer y cuando no estaba leyendo  estaba viendo televisión o películas. Yo sé casi instintivamente cuáles son los elementos  con los que construyo esa  realidad en los dos registros. Son dos formas que he disfrutado intensamente y en las que, creo,  expresarme me sale con naturalidad.

¿Tiene formación académica?
Para nada.  Siempre quise hacer  cine,  pero cuando  terminé la  secundaria, la dictadura había cerrado todas las escuelas de cine. Era imposible. Y en    literatura tampoco. No quería estudiar letras. Lo que estudié fue periodismo. He trabajado en diarios, en televisión. Todo lo   académico   va por el lado de  los medios, pero  era fanático de esto  desde pequeño y esa es mi  escuela principal.

¿Cómo es  la experiencia de tener un blog diario?
Tenía el ejercicio de la escritura diaria  por el periodismo. Lo que sí genera un blog es un contacto con el público, al cual no estaba acostumbrado, pero que  sí buscaba y  deseaba.  Escribo para mí, pero tratando de generar en el lector las   cosas que a mí me generaron los escritores que  amo. Necesito percibir qué les producen estas historias a los lectores y el  blog me da esa posibilidad.
 
¿Y cuáles son los escritores que ama?
Borges y Cortázar, básicamente, por el uso del lenguaje, aunque claro está que Borges está lejos de ser un escritor emotivo. Joseph Conrad, Melville    y mucha gente.
 
¿Y ha leído algo de la literatura ecuatoriana?
Prácticamente nada. Ese es uno de los males que  vivimos en todo el continente.   Es la  consecuencia de las crisis económicas  que han pasado en las últimas  décadas,  que han provocado   la destrucción de las editoriales  nacionales y han fomentado   la expansión de las editoriales que están concentradas en manos internacionales.   Son editoriales que no están pensando en cómo   podemos hacer para que circule toda la literatura. Creo que hay una falencia   que debemos tratar de salvar con  políticas culturales de los estados. Y   los escritores mismos y los medios   tratar de saltar estas barreras. Me parece espantoso   el hecho  de que no nos conozcamos, y en cine pasa lo mismo. Mi público más natural   deberían ser los ecuatorianos, los colombianos, los chilenos, los bolivianos y no los alemanes, pero sucede. Me conocen más en Alemania que en Ecuador y  eso es ridículo.

ACTIVIDADES: Hoy

12:00
- Conferencia ‘Temor hacia las matemáticas en los  colegios de Guayaquil’, con Eduardo Molina Morán. Sala múltiple.

15:00
Show de narración oral  Antolín y el maletín.  Plaza Central. 

16:00
- Foro sobre saga de Harry Potter.  Urna Sur.
- Presentación de antología poética Veinte poetas ecuatorianos del siglo XXI. Plaza Central.

17:00
Presentación de los libros Que mi alma se la lleve el diablo y La muerte es solo un pretexto, de Hugo Morales y Rafael Méndez. Plaza Central.  

18:00
Presentación del grupo literario Re-verso. Plaza Central.