Amigos y familiares de la periodista ecuatoriana estuvieron en su sepelio.

En medio de una ceremonia sencilla y llena de sentimiento, ayer a las 12:00 se realizó el sepelio de la periodista, escritora y compositora ecuatoriana Victoria Puig de Lange, uno de los nombres más simbólicos y prestigiosos de la prensa rosa de los años sesenta y setenta en Miami (EE.UU.), país donde residía hace más de 40 años.

Amigos y familiares asistieron al velatorio en el camposanto Parque de la Paz para expresarle su aprecio y admiración a quien cariñosamente llamaban Chichi. Nació en Guayaquil el 3 de diciembre de 1916 y falleció el pasado 14 de mayo. Sus restos arribaron ayer a la ciudad desde Knoxville (Tenesse), donde vivió el último año junto a su hijo Christian Lange Puig.

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Él y su hermana Bárbara, quienes vinieron para cumplir el último deseo de su madre de ser enterrada en el país, expresaron que el acto no significó un adiós sino una bienvenida a Chichi, pues “era una guayaquileña de corazón”.

Rosa Amelia Alvarado, directora de la revista Hogar, participó en la organización de la ceremonia en honor de su entrañable amiga, quien escribió para la publicación durante cuatro décadas. “No puedo hablar del pesar por la ausencia, porque ella no se irá jamás de nuestro recuerdo; además, no se puede decir adiós a alguien como Chichi”, expresó.

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Juanita Vallejo de Navarro, ex ministra de Turismo, se refirió a ella como “una mujer insignia en el Ecuador”.

Las cenizas de Victoria Puig de Lange fueron trasladadas ayer a las 16:00 al Cementerio General, donde también reposan los restos de sus padres, Rosa Parada y Carlos Puig.