En Ecuador los jóvenes empiezan a fumar cigarrillos a los 13 años y cada vez la edad de inicio disminuye. Evitar que esto continúe  es responsabilidad de todos. ¿Ha visto a un papá fumando, mamá fumando, profesor fumando...? ¡Claro que sí! Y usted probablemente sea uno de ellos. Entonces, ya es tiempo de hacer un alto para evitar que sus hijos o estudiantes lo imiten.Las estadísticas lo dicen. En 1998, los adolescentes ecuatorianos empezaron a fumar cigarrillos a los 14 años y en el 2005 a los 13. Ambos datos son el resultado de dos encuestas realizadas a nivel nacional en estudiantes de educación media por el Consejo Nacional de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas (Consep). ¿Por qué fuman los adolescentes? Según la psicóloga clínica Marivel Ruiz Triviño, porque sus padres o familiares cercanos lo hacen, siendo ellos una influencia fuerte en el uso del tabaco, ya que es visto como algo normal dentro de la dinámica familiar.También por imitar roles que se comercializan en la televisión y el cine, muchos de los cuales están asociados a diferentes adicciones, a la necesidad de estar a la moda, de ser independientes y seguros, y que buscan mostrar imágenes de éxito social.Por ello muchos adolescentes intentan identificarse con esos modelos, sobre todo  cuando los referentes familiares no han sido lo suficientemente positivos para hacer frente a la influencia externa. A esto se suma la necesidad de ser aceptados en el grupo que lo lleva a asumir roles adultos, propios de aquellos que gustan de hacer amigos. En cambio, los que son solitarios y les cuesta socializar se inician en el consumo de cigarrillos para hacer frente a sus problemas anímicos originados por la incomunicación familiar y social. Asimismo, las distintas tensiones afectivas, los maltratos, el abandono o el exceso de deberes que envían en algunos colegios, también son causas del tabaquismo en los adolescentes, según el doctor Ricardo Loor, especialista de Control de Demanda de Riesgos de la Regional del Litoral del Consep.También “porque al llegar al colegio encuentra en su grupo de amigos a algún fumador juvenil que lo induce al hábito. Y porque observa a algún maestro fumar en horas de recreo, situación que debe ser prohibida”, dice el doctor Francisco Plaza Bohórquez, presidente de la Fundación Contra el Ruido, Aire Contaminado y Tabaquismo (Funcorat). Hacia la adicción La Sociedad de Oncología de los Estados Unidos menciona que cada día alrededor de cinco mil adolescentes empiezan a fumar, de los cuales entre dos y tres mil se convierten en fumadores permanentes, sobre todo si se inician antes de los 19 años. “Entre más temprano los adolescentes adquieren este hábito, más rápido se vuelven adictos al cigarrillo, a diferencia de un adulto que comienza a fumar”, dice el neumólogo Fernando Cano Pazmiño.Cada cigarrillo está compuesto por cuatro mil sustancias dañinas para el organismo y otras más que son cancerígenas. Pero de estas, la nicotina como adictiva representa el 5%.Agrega que cada tabaco tiene veneno en pequeñas cantidades y  que puesto en una dosis alta puede matar a una persona. Por ejemplo, contiene monóxido de carbono, que es exactamente como el que sale del tubo de escape de los carros. Sumado a los compuestos químicos que tienen para mejorar la calidad del cigarrillo. Entre más fino o light es, más tóxico se hace.Cano advierte que si los jóvenes fuman cigarrillos a las cuatro semanas ya comienzan a mostrar signos de adicción a la nicotina y si continúan haciéndolo pueden sufrir el síndrome de abstinencia, que consiste en sentir síntomas como irritabilidad, dolor de cabeza y deseo vehemente por fumar. La severidad adictiva se mide dependiendo de cuántos tabacos consumen al día y por cuánto tiempo.“Tal adicción es muy peligrosa, no solo para la salud, sino porque en Ecuador cada vez disminuyen las edades en las que comienzan a fumar cigarrillos  y es la puerta de entrada al consumo de otras drogas”, asegura la doctora Eva Cevallos, de la Dirección Provincial de Salud del Guayas. Tiempo de exposición En todo el mundo existen programas de control antitabáquico para prevenir que los niños y adolescente fumen. El hecho es que si consumen cigarrillos desde muy jóvenes tendrán mayor tiempo de exposición y van a sufrir más tempranamente todos los efectos nocivos.Según Marivel Ruiz, ellos experimentan mucha ansiedad provocada por la necesidad creada por la nicotina. Esto los lleva a estar pendientes de buscar los momentos y lugares propicios para fumar y no ser descubiertos. Incluso el no contar con dinero para acceder a todo lo necesario para ser iguales a sus ídolos les genera depresión. También altera la fisiología del adolescente. El doctor Plaza, quien además es cirujano oncólogo, dice que el contenido del cigarrillo provoca que la sangre no se oxigene lo suficiente y con ese déficit se dirige al cerebro y afecta sus funciones. Entonces los jóvenes pierden la concentración, sienten somnolencia durante las horas de clase, su función digestiva se altera con flatulencia (gases) y mal aliento; y a la larga padecen de presión arterial elevada. También afecta su capacidad pulmonar y no pueden rendir en algún deporte, a diferencia de los jóvenes que no fuman. El doctor Cano agrega que al menos el 30% de los fumadores adolescentes va a desarrollar alergias respiratorias como asma bronquial o rinitis, pero no tanto cáncer del pulmón, porque en ellos aún no es común. Sin embargo, si continúan con esa práctica, en su vida adulta sí es posible que lo padezcan, así como también el Epoc, que es una enfermedad obstructi-va crónica. Por lo tanto, no fumar es la mejor opción para que estén sanos.