Es el administrador de la sucursal Guayaquil de Mr. Books, librería quiteña que festeja su décimo aniversario de creación.
El lojano Marco Vinicio González Espinosa, de 36 años, se conceptúa un agrónomo precozmente jubilado. Un lector de toda la vida, que ubicó en un segundo plano su gusto por la literatura para estudiar una profesión técnica que le permitiera subsistir. Y la ejerció por un año, hasta que se dio cuenta de que para la agronomía con una visión social, como la que él quería ejercer, no había auspicios, y entonces dejó la tierra y volvió a los libros. A esa afición que su familia le alimentó desde niño y que había quedado rezagada, aunque no en el olvido.
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Leyó todos los clásicos. Luego consiguió un trabajo en una librería de Quito, ciudad a la que se había ido a vivir desde cuando tenía 12 años. La librería era Mr. Books, entonces una joven institución que abrió sus puertas en la capital. Allí tenía miles de libros a su disposición, lo que constituía un verdadero júbilo. Y se entusiasmó por estudiar una maestría en literatura hispanoamericana. Así, la literatura no sería solo una pasión, sino, además, una profesión.
En el 2005 se abrió la librería Mr. Books en el centro comercial Mall del Sol de Guayaquil y al poco tiempo el administrador, un argentino, regresó a su país porque la familia no logró adaptarse a la ciudad. Entonces le propusieron a Marco ese cargo. Él armó sus maletas y llegó a esta ciudad. Estaba un tanto acostumbrado a los cambios. Su primer traslado había sido de Loja a Quito. En Guayaquil lleva ya tres años. Vivir en esta ciudad, señala, le ha servido para constatar que hay afirmaciones que no son ciertas. Por ejemplo, que en Guayaquil no se lee.
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Sostiene que hay lectores tan ávidos como en Quito, Cuenca u otra ciudad del país. Cree que lo que no había era una verdadera oferta editorial, que ahora sí existe. Recuerda que cuando trabajaba en la librería de Quito, hasta allá llegaban clientes guayaquileños.
Comenta que Mr. Books recibe muchos visitantes, especialmente los sábados y domingos. Son los días más intensos de trabajo para él y las once personas bajo su responsabilidad. Aquí ha hecho amigos, conoce el medio y sabe de los gustos lectores. Indica que a los guayaquieños les encantan los temas sobre las guerras, en especial lo relacionado con la Segunda Guerra Mundial, y las biografías.
De su trabajo de administrador lo que más le ilusiona es la selección de las obras que se ponen a la venta. Es él quien decide qué títulos se comercializan. Para estar al día de las novedades busca en internet o revisa los catálogos que le envían las editoriales y va a ferias internacionales de libros, que es, según señala, donde verdaderamente se puede tener el libro frente a frente y hojearlo, ya que no siempre la promoción coincide con su contenido.
En el escogimiento de los títulos concilia su gusto personal con las preferencias de los lectores, que ha aprendido a conocerlas. Dice que al principio se dejaba llevar más por su gusto personal, pero los resultados no fueron tan óptimos.
Marco está seguro de que el trabajo de librero es lo que le gusta. “Es mi campo de batalla y también mi aula”, dice. Antes de ingresar a esta labor había leído ya a muchos autores, pero no imaginaba la cantidad abrumadora de libros que se publican. Está rodeado de alrededor de 60.000 obras. Entre sus preferencias lectoras cita a Bukowski y se define proustiano.
BREVES
FESTEJOS
Mr. Books de Quito celebra diez años de fundada y el festejo se traslada a la de Guayaquil. Hay descuentos y mañana, a las 17:00, se realiza un concierto de jazz.
CONVERSATORIO
El viernes, desde las 11:00, estará dedicado a la palabra y al libro. Personalidades de la ciudad leerán sus obras preferidas y conversarán con los asistentes.