Del deceso de Morrison también se dijo que su novia, Pamela Courson, mantuvo su cuerpo por más de cuatro días en el apartamento que compartían, depositando hielo a su alrededor para evitar la descomposición. Se anotó, además, que Morrison fingió su muerte para escapar del estrellato. Pero, Danny Sugerman, en su libro Wonderland Avenue, anotó que Courson introdujo a Morrison en la droga y que ella le inyectó la dosis mortal.