Las madres deben cuidar continuamente que el alimento que sus hijos lleven a la escuela sea lo más saludable posible.

¿Qué contenido debe tener la lonchera escolar para asegurarse de que  sea  un aporte importante en la alimentación diaria del niño?, esta es la pregunta que las madres deberían hacerse antes de elegir el menú para su hijo.

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El refrigerio debe cubrir los requerimientos nutricionales diarios de los  pequeños: calorías, minerales, vitaminas y grasas esenciales. Ese tiempo de comida debe compensar el 10% o 20% de los alimentos y, por ningún motivo, sustituir el desayuno o el almuerzo.

Dennis Narváez, nutricionista dietista de la Dirección Provincial de Salud del Guayas, señala que tiene que haber como mínimo cinco tiempos de comidas: desayuno, media mañana, almuerzo, media tarde y merienda.

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Agrega que entre lo básico que debe contener la  lonchera están las frutas, cereales, lácteos y el agua. Tomando como base esta guía se puede crear un variado y rico menú que agrade al niño y le ayude en su desarrollo físico y mental.

En tanto, la nutricionista dietista Daniela Ginatta aconseja colocar en la lonchera las frutas que le gusten al niño, para así hacerle más agradable la ingesta. Aquellas que no se oxidan se las puede poner en trocitos (papaya, piña, sandía, melón, entre otras); y las que sí se oxidan colocarlas con cáscara y bien lavadas (guineo, manzana, uvas, peras).

El lonchera debe compensar el apetito del niño (siempre y cuando no tenga problemas de sobrepeso) y necesita ingerirlo sin apuros, por ello es importante que el tiempo asignado para esa comida sea suficiente. “Hay establecimientos en los que solo se les da 15 minutos, pero a veces se toman más de cinco en salir y no les queda tiempo de consumir todo”, indica Dennis Narváez.

Respecto a los jugos, estos son importantes, pero no indispensables como las frutas. Cuando se los agregue a la lonchera tienen que ser naturales (zumos), ya que los envasados contienen preservantes y demasiada azúcar, y los nutrientes ya están oxidados, señala Ginatta.

Una forma de conservarlos hasta la hora de consumirlos es sacar el jugo de la fruta, colocarlo en un recipiente y ponerle cubitos de hielo, de esta forma cuando el niño lo vaya a consumir (antes deberá agitarlo) estará fresco y con más líquido.

Entre lo que no se debe incluir en la lonchera están, aparte de los jugos envasados, todos los preparados y productos fritos y los que no tengan fecha de caducidad, registro sanitario, nombre y dirección de la empresa que los elabora (por si el infante se  intoxica o sufre algún otro daño). Evitar los perros calientes, mortadelas, embutidos en general, y otras comidas altas en toxinas (ayudan a oxidar las células); tampoco preparados con carne molida o pollo porque se contaminan rápido, no así cuando se los va a consumir minutos después de cocinarlos.

Narváez manifiesta que los daños por consumir a diario frituras, bebidas industrializadas, no se ven a corto plazo. Los consumidores, en este caso los escolares, son potenciales candidatos a sufrir a futuro sobrepeso, obesidad, diabetes, y afectar su crecimiento físico e intelectual.

ALIMENTOS

Plantel
Los niños que pasan más de cinco horas en la escuela necesitan alimentos que les den energía, para que atiendan y se concentren en clases y no se duerman. Si hay más de seis horas de clases se requieren dos refrigerios.

Preparación
La falta de tiempo en las mañanas no es excusa para recurrir a las golosinas y los productos chatarra. El  lonche se lo puede adelantar la noche anterior, por ejemplo picar las frutas, armar los sándwiches, colocar en recipientes el cereal.

Dinero
Si se envía dinero para que compren el lonche se debe conocer si en el bar del plantel venden productos nutritivos.

Cuidados
Hacer que el niño participe en la selección de lo que llevará para comer. Usar recipientes para colocar los picados y alimentos sueltos. Lavar a diario el interior de la lonchera, y poner una servilleta de papel o tela antes de ubicar la comida.