Un juez británico decidió este lunes otorgar 24,3 millones de libras (48,6 millones de dólares) de la fortuna del ex cantante de los Beatles, Paul McCartney, a su ex esposa Heather Mills, al término de uno de los divorcios más sonados de los últimos tiempos.
"Estoy muy muy contenta", dijo Mills a reporteros que esperaban frente al Alto Tribunal de Justicia donde se desarrolló la áspera batalla legal sobre el acuerdo de divorcio. "Y estoy muy contenta de que esto haya terminado", agregó la ex modelo.
Paul McCartney arribó este lunes a la corte para enterarse de qué parte de su fortuna deberá entregar a su esposa Heather Mills, de quien está separado. El resto del mundo deberá esperar un poco más.
Bajo la ley británica, los casos de divorcio se ventilan en privado, y el juez Hugh Bennett dará a conocer su fallo a puertas cerradas en los Tribunales Reales de Justicia en Londres.
Con todo, en vista del gran interés que ha despertado el caso, podría decidir que se publiquen algunos o todos los detalles después de escuchar los argumentos de la pareja, dijeron fuentes del tribunal.
El fallo también se haría público si alguna de las partes recurriera a la Corte de Apelaciones.
McCartney, de traje oscuro con bufanda blanca y negra, fue el primero en llegar, seguido cinco minutos después por Mills, quien vestía un traje con pantalones azul y café.
McCartney, de 65 años, y Mills, de 40, fueron a juicio el mes pasado para decidir cuánto le tocaba a ella de una fortuna estimada en 1.600 millones de dólares. Según trascendidos, McCartney ofreció 50 millones de dólares, y ella quería por lo menos el doble.
Heather Mills evidentemente obtendrá lo que en términos corrientes se llama un gran arreglo financiero, dijo Patricia Hollings, especialista en divorcio del bufete de abogados Finers Stephens Innocent. Cuán grande será en relación con el patrimonio de él es otra historia.
El diario Evening Standard dijo el viernes, citando a una fuente anónima, que el arreglo sería de 50 millones de dólares, pero no estaba claro si eso incluía el mantenimiento de Beatrice, la hija de cuatro años de la pareja.