Después de una campaña de ligadura a las mujeres se les da anticonceptivos  y preservativos.

Un número aproximado de 3.700 mujeres en edad fértil, cuyas edades fluctúan entre los 10 y 49 años, no pueden ser controladas en su natalidad debido a que el Ministerio de Salud Pública (MSP) solo envía en forma mensual 330 raciones de anticonceptivos orales e inyectables al único subcentro de salud que tiene esta población.

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Según Vanessa Cevallos, médico del subcentro, también existe el método ‘de barrera’, que es el uso del preservativo, pero que “muy pocas lo solicitan porque no les gusta. Solo acuden a él cuando los otros anticonceptivos se terminan”.

Este subcentro atiende mensualmente entre 80 y 100 mujeres embarazadas, de las cuales la mayoría  son multíparas (tienen más de tres hijos).

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En este cantón, en diciembre del 2006, a 38 mujeres se les practicó la  salpingectomía bilateral (ligadura de trompas), mediante un convenio entre el subcentro que funciona en esta localidad y el hospital Rodríguez Zambrano de Manta.

Pese a que la campaña despertó el interés de las madres, tuvo que suspenderse porque la Iglesia Católica se opuso a este método, aduciendo que no era necesario esterilizar a las mujeres sino más bien educar a las parejas para que planifiquen.

“Otro de los inconvenientes fue que los esposos de las mujeres se negaron a firmar un documento donde aceptaban que se las ligue”, dice Cevallos.

Desde que se suspendieron las ligaduras hasta la actualidad, Cevallos asegura que los embarazos en mujeres entre 15 y 19 años han aumentado y que solo 300 de las 500 mujeres que están embarazadas en Jaramijó acuden rutinariamente a las charlas sobre planificación familiar que se dictan en el subcentro de salud.

La profesional refiere que pese a que las mujeres acuden mensualmente a los chequeos, la mayoría de ellas dan a luz en sus propias casas, con parteras, porque no tienen los recursos necesarios para ir a una casa de salud o porque el parto las toma por soprpresa y no alcanzan a llegar al hospital de Manta.

Cevallos estima que hay unas 200 mujeres que desconocen lo que es planificación familiar y eso las lleva a tener embarazos no deseados.

“Tengo diez hijos y se me hizo difícil criarlos porque mi esposo nunca tuvo un ingreso fijo como pescador”, contó Nieves Vera, quien labora como conserje del subcentro,  y que fue una de las mujeres que se ligó durante la campaña.

El alcalde de Jaramijó, Bawer Bailón, reconoce esta problemática y dice que hay que buscar un mecanismo consensuado para evitar que las mujeres de esta población tengan hijos en exceso, sobre todo si no poseen recursos.

CIFRAS: Natalidad

3.700
Mujeres
en edad fértil, entre  10 y 49 años, viven en Jaramijó, según el último censo que llevó a cabo  el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) realizado en el año 2001.

500
Embarazadas.
De estas, unas 300 acuden regularmente a las charlas de planificación familiar y chequeos médicos que desarrollan las autoridades de salud de la provincia de Manabí.