El sacerdote, recordado por su labor por más de 50 años con los pobres, persigue los altares.

Con una sesión pública, la Arquidiócesis de Cuenca y la Inspectoría Salesiana del Ecuador clausuraron la primera parte del proceso que pretende la beatificación y canonización del sacerdote Carlos Crespi Croci, quien trabajó por más de 50 años en la ciudad con niños, jóvenes y personas pobres.

Los archivos con la información que requiere el Derecho Canónico en este proceso  fueron cerrados con cera derretida, sobre la cual se puso un sello de la Arquidiócesis, y se colocaron en tres cajas de madera.

Dos de esas cajas se trasladarán hoy al Vaticano. Luis Álvarez fue designado como el custodio del proceso y será quien entregue al cardenal respectivo la solicitud para que este se inicie.

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Cinco años transcurrieron desde que se nombró al comité pro beatificación del sacerdote salesiano ítalo-ecuatoriano. En es tiempo el arzobispo de Cuenca, Vicente Cisneros, apoyó y guió el proceso.

La figura del sacerdote salesiano es conocida en Cuenca como  el padre Crespi y las personas que estuvieron cerca de él hace 50 años resaltan su caridad hacia los pobres y su afán por educar a los niños.

Crespi fue el primero en rodar y producir en Ecuador un documental en video, que    trató sobre los Shuaras de la Amazonía.  También fue el primero en instalar una sala de cine en Cuenca, donde proyectaba películas de Tarzán, Los Tres Chiflados y otros.

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Ahora, para su posible beatificación, se nombró un Tribunal de Juzgamiento del proceso y 18 personas testificaron ante el Tribunal de Honor, conformado para analizar los documentos y los requisitos que el Derecho Canónico exige para tramitar estas causas.

La investigación empezó cuando organizaciones locales   otorgaron el título Honoris Causa de Cuencano del Siglo XX a la figura de Crespi. Luis Álvarez dijo que luego de eso escribió la biografía para adjuntarla al proceso canónico.

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El camino para santo es largo. Culminó la primera etapa, que fue lograr la nominación de siervo de Dios, y continúa en  la Santa Sede.