Conferencia de prensa en Lima (Perú). Joan Manuel Serrat está contestando una pregunta de la prensa peruana, cuando de repente Joaquín Sabina saca la cabeza y suelta la frase más famosa del año: “¿Por qué no te callas?”. Toda la sala estalló en risas.

En Ecuador no hubo un gesto tan cómico y satírico, pero Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat dieron muestras de un buen humor a toda prueba.

Publicidad

Pese a los estereotipos, Joaquín tiene mucho de Serrat y Joan Manuel fue un rocanrolero de cuidado allá en los años sesenta (“lo dejaste por dinero”, reclama Sabina). Así que hay mucho más en común en estos dos pájaros cazados de un tiro de lo que se podría pensar en un inicio.

En principio, las ganas de no tomarse tan en serio. ¿Los unieron los antecedentes médicos?, se les pregunta. No, dice Sabina, “nos han unido más los antecedentes penales”. Y viene Serrat y remata: “Sí, porque los médicos ya son parte de nuestra vida. Los médicos son parte de la familia”.

Publicidad

“Yo no. No le hablo”, contradice Joaquín. “Claro, porque a ti te prohíbe cosas”, lo regaña con afecto Serrat.

Para realizar esta gira, la serie de conciertos más exitosa durante el verano español, los dos monstruos de la canción en este idioma se plantearon una sola cosa: pasarlo bien. Reírse juntos y con ello hacer que el público disfrute.

¿Fue complicado? Mucho, porque detrás de toda la fluidez que se ve en el escenario hubo que trabajar muchísimo y superar muchos nudos, afirma el catalán Serrat.

Y el natural de Ubeda, Sabina, contesta: “Pero lo más complicado fue que decidimos no aparecer como si estuviéramos concelebrando una mesa. Quitar toda la solemnidad a los conciertos. Y creo que hasta nos hemos pasado porque esto parece cada vez más un espectáculo cómico-satírico que dos cantantes cantando”.

Y el ego, ¿dónde queda? “Tenemos un ego bífido”, aclara Sabina, y luego  añade: “El respeto pesa más que el argentino que todos llevamos dentro... ¿Qué anotas?”, le pregunta, entonces, a Serrat.

“Todas las exageraciones y embustes que dices”, le responde Joan Manuel y los dos estallan en risas.