El ganador del ‘Britain’s got talent’ está de gira por España. Él promociona su primer disco y se prepara para cantar ante la Reina de Inglaterra.
Apareció tímido y cabizbajo en el escenario. “¿Qué nos tienes preparado?”, le preguntó uno de los tres miembros del estricto jurado de ‘Britain’s got talent’, una competencia televisiva parecida al reality español ‘Operación triunfo’. “Canto ópera”, contestó Paul Potts, un vendedor de celulares de 36 años. El juez no pudo reprimir una sonrisa humillante, igual que parte del público.
Hasta que comenzó a cantar. Tras una versión estremecedora del aria Nessun dorma, de Puccini, tanto la audiencia como el jurado lloraron de emoción. Y desde entonces los británicos se preguntan cómo puede ser que este hombre inseguro y sencillo de Gales no haya pisado nunca un escenario lírico y pase sus horas vendiendo celulares.
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Así relata en internet el sitio www.elperiodico.com la historia de Potts, el ganador del programa musical británico que ahora pasea su fama por España, donde promociona su primer disco, One chance.
Según elperiodico.com, la agenda de Potts está llena de compromisos artísticos. El más importante es el Royal Variety Performance, velada que protagonizará el próximo 1 de diciembre ante la reina Isabel II de Inglaterra.
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Elperiodico.com detalla que la situación financiera de Potts, al igual que su vida, ha cambiado luego de ganar el ‘Britain’s got talent’. Él recibió 147.000 euros (unos 216.000 dólares), los cuales, según ha dicho, utilizó para pagar deudas, comprarse unas gafas de sol y un collar a su esposa. “Mi filosofía es que no hace falta comprar nada si lo que tienes está bien. Estoy viviendo como antes, en la misma casa, y tengo el mismo coche”.
Y por si el éxito se va tan rápido como vino, no se ha despedido de su trabajo en la tienda de celulares. “Tengo la puerta abierta por si necesito volver”, explica Potts, una persona más bien tímida cuya carrera operística se truncó. Un tumor y un accidente lo obligaron a abandonar una pasión que lo llevó a cantar óperas como Aida, de Verdi; y Manon Lescaut, de Puccini, con una compañía de aficionados.
“Yo pagaba por cantar. Todos en el grupo poníamos dinero para hacer las producciones”, indica. Ahora se siente el hombre más feliz del mundo, confiesa “Es como si todos los regalos de Navidad de mi vida me los hubieran dado ya”.
Su primera producción discográfica es muy comercial y ha llegado a convertirse en el número uno en el Reino Unido. Constan temas como Amapola y My way, en castellano, así como su archifamosa versión del aria Nessun dorma, cuyo video del concurso arrasó en el sitio web Youtube.