Una manifestante antibélica exhibió ayer sus manos pintadas de color rojo sangre frente al rostro de la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, durante una audiencia en el Congreso.

Además, le gritó “¡criminal de guerra!”, antes de ser alejada y detenida por la policía.

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Rice, una de los arquitectos de la política en Iraq del presidente George W. Bush, pareció no inmutarse por el incidente, que ocurrió cuando ella hacía ingreso a una sala de reuniones de la Cámara de Representantes para testificar en una audiencia sobre política estadounidense en Oriente Medio.

“¡Fuera!”, gritó el presidente de la Comisión de Relaciones Externas, el representante Tom Lantos, mientras la policía sacaba a la mujer del lugar.

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Lantos, un demócrata de California, también exigió el retiro de varios otros manifestantes de la organización Code Pink, un grupo antibélico.

La policía del Capitolio dijo posteriormente que tres personas fueron arrestadas y acusadas de interrupción en el Congreso estadounidense.

En la audiencia ante los legisladores, Condoleezza Rice señaló que el programa nuclear iraní y el apoyo del Gobierno de Teherán a grupos terroristas representa “tal vez el mayor desafío” a la seguridad nacional de Estados Unidos.