El público vibró intensamente en esta presentación de dos horas que ofreció el español haciendo una especie de tour de su carrera, desde la primera canción que escribió La vida sigue igual, hasta los tangos interpretados con el apoyo de una pareja de baile.

Con gran anticipación, más de una hora antes de que inicie el espectáculo, todos los asistentes se reunieron en un gran salón que estuvo muy bien atendido con bocadillos y bebidas.

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A las 21:30 y con el público en sus asientos Iglesias cantó Nathalie y Ni te tengo ni te olvido, apoyado en una orquesta con dos teclados Korg, que reproduce el sonido de cualquier instrumento, dos guitarras, bajo, batería y un saxofonista extraordinario que brilló con luz propia en toda la velada.

Asimismo, en el coro de tres mujeres sobresalió la voz de una mulata que hizo dúo con Julio Iglesias cantando All of me, que fue lo mejor de una noche con varios aciertos.

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La queja del público en la parte posterior por falta de volumen en el micrófono de Iglesias se escuchó repetidas veces, durante el concierto.

Parte del coro también hacía fusiones de baile y la pareja de tango bailó  A media luz y Cambalache imprimiendo un show visual en apoyo al espectáculo auditivo.

Cada cierto tiempo animaba el ambiente ya sea con un vallenato de Carlos Vives o canciones como Me va, para luego hacer sus emblemáticas como Hey y Me olvidé de vivir, temas autobiográficos que han servido para cimentar su gran éxito mediático.

Julio Iglesias sigue siendo melódico y preciosista, y aunque no suelta la voz en registros altos como antes tiene ahora, sin embargo, mejor manejo con los registros bajos y es por esto que sostiene que canta ahora “mejor que antes”.