El legendario roquero argentino Charly García volvió a ser noticia en la crónica policial por intentar derribar a patadas la puerta de un local nocturno de Buenos Aires tras enterarse que habían suspendido su show, mostraron imágenes de la televisión.
El incidente ocurrió la noche del martes, un día después de registrarse una gresca entre músicos de su banda y personal de seguridad del local, pelea en la que el excéntrico García también sufrió lastimaduras.
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El autor del hit de los años 80 'Demoliendo hoteles' había llegado en una limusina negra la noche del martes al local 'La Trastienda' en el barrio porteño de San Telmo, y comenzó a patear la puerta metálica cerrada ante varias cámaras de TV que aguardaban su llegada.
Los organizadores habían cancelado la función a raíz de la pelea de la noche anterior.
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Charly, de 56 años, debía dar el martes el último de una serie de conciertos de presentación de su última placa "Kill Gil" (maten al tonto, en una mezcla de inglés y jerga rioplatense), en irónica alusión a la película "Kill Bill" del cineasta estadounidense Quentin Tarantino.
"Encima que me pegan me suspenden el show", se quejó furioso el músico, cuando un grupo de sus seguidores le informó que el concierto había sido cancelado.
El artista apareció con el rostro pintado de azul y rojo y visiblemente hinchado por los golpes que dijo haber recibido la noche anterior por parte del personal de seguridad de 'La Trastienda', aunque aclaró que no pensaba denunciar la supuesta agresión.
"Me pegan a mí porque tengo talento. Les digo a mi ejército que rompan todo. A este lugar, loco, lo tienen que demoler", gritó Charly antes de ofrecer una botella de champaña a sus fanáticos y abandonar el lugar en el lujoso vehículo, donde estaba sentada una mujer vestida con atuendos tradicionales de la religión musulmana.