Pinta, dibuja, escribe poesía, compone, toca y, sobre todo, Idrovo canta con varias voces tan expresivas que da la impresión de que está actuando lo que canta. Sus canciones son originales, al punto que nadie las podría interpretar. No son melodías pegajosas que cualquiera puede tararear. Están estrictamente circunscritas a la peculiar vocalización que es el sello característico de este auténtico cantautor que nunca hace concesiones facilistas al público.