Un excelente ejemplo es el que acaba de poner el Municipio de Guayaquil, con la implementación de un programa de escuelas de fútbol diseminadas en algunos barrios. Reconocemos no conocer todos sus detalles, pero aun si el plan no viniese acompañado de incentivos como recreación y cultura para jóvenes (lo más deseable de todo), sería mucho lo que igual se estará haciendo, porque se le brinda a los chicos una meta a la cual aspirar. Y eso, en las actuales circunstancias, es mucho.