Diana de Gales, fallecida hace casi diez años, mantuvo reuniones secretas con el ex primer ministro británico Tony Blair, entonces líder de la oposición, para hablar sobre un puesto de enviada internacional que se le quería dar a la princesa, según el diario Daily Mirror.
Los dos cenaban en privado y de manera regular antes de que Blair llegara al poder el 2 de mayo de 1997, de acuerdo con los detalles de un libro escrito por Alastair Campbell, ex portavoz de prensa del antiguo primer ministro. El texto aún no ha sido publicado.
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Al parecer, Blair quería aprovechar la popularidad de Lady Di para ofrecerle la labor de “embajadora” a fin de proyectar la imagen del Reino Unido en el extranjero.
No obstante, los dos mantuvieron en secreto los encuentros ante el temor de que la princesa fuese acusada de interferir en política.
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Diana, que hizo campaña en contra de las minas antipersonales y apoyaba a las víctimas del sida, evaluaba su futuro cuando perdió la vida el 31 de agosto de 1997 en un accidente de tráfico en el túnel por debajo del puente del Alma, en París.
Según el libro, titulado Los Años de Blair, los dos se reían y hacían bromas cada vez que se reunían en privado.
La mutua admiración explica por qué a Blair se lo vio tan conmocionado al conocer la muerte de Diana.
“Está claro que hablaban de algún tipo de labor para ella. Él pensaba que podía hacer un trabajo brillante como embajadora en el extranjero (para apoyar) su visión de un Reino Unido moderno”, dijo una fuente que tuvo acceso al libro.
“A ella le gustaba la imagen que Blair quería proyectar y pensaba que podía contribuir de alguna manera”, agregó.
El diario afirma que Blair estaba a veces acompañado por su esposa, Cherie, y también por Campbell.
El libro, añade el matutino, también revela lo mucho que Blair trabajó con el Palacio de Buckingham para ayudar a la Familia Real a afrontar la sorpresiva muerte de Lady Di.