El asesinato de Édgar Aguilar Toapanta, un joven de 19 años de edad, en el club nocturno El farol rojo, ubicado al ingreso norte de Riobamba, provocó la ira de algunos comuneros.
Los habitantes de Langos y de El Carmen estaban en desacuerdo con la ordenanza municipal que hacía del sector en un barrio de tolerancia, por lo que habían amenazado con destruir los burdeles.
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Los comuneros responsabilizan al Intendente de Policía de Riobamba de dar el permiso de funcionamiento a este establecimiento.
La muerte de Aguilar, quien visitó el centro nocturno el día del asesinato, hizo que las amenazas se conviertan en realidad.
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Anoche, un grupo de 200 moradores de los barrios aledaños al burdel llegó hasta el centro nocturno y le prendió fuego, reportaron los noticiarios.
Los manifestantes señalaron que les preocupa la inseguridad que hay en el lugar desde que convirtieron a esta parte del norte de Riobamba en un barrio de tolerancia, agregaron los medios.