Cinco comunidades, entre ellas de Guatemala y Ecuador, obtuvieron el premio Equator, que concede el Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD), en reconocimiento a su trabajo para reducir la pobreza a través de la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad.
Los premios, con una dotación de 30.000 dólares para cada uno de los ganadores, fueron anunciados hoy en la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, en motivo de la celebración del Día Internacional de la Biodiversidad.
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En Guatemala, el premio será recibido por las mujeres del grupo Alimentos Nutri-naturales, que han restituido la nuez ramón, que fue un alimento básico de los antiguos mayas, como fuente de nutrición y cuyo árbol que lo produce se encuentra en peligro de extinción.
El grupo de 56 mujeres guatemaltecas regenta un negocio que emplea a 650 miembros de la comunidad, que ha resultado en la conservación de 90.000 hectáreas de bosques de la nuez ramón, así como en la reforestación de 150.000 árboles en toda Guatemala.
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Asimismo, el grupo utiliza sus conocimientos tradicionales para procesar la nuez ramón y convertirla en un alimento nutritivo, que a la vez que genera ingresos también sirve para resolver los problemas de malnutrición en las zonas rurales.
En Ecuador obtuvo el galardón la cooperativa de mujeres de la Isla Isabela, en las Galápagos, una iniciativa que provee trabajo a mujeres sin empleo y ofrece alternativas económicas sostenibles a pescadores.
Tradicionalmente los pescadores de las poblaciones costeras dependían para su sustento de pepinos de mar, langostas y tiburones cuya existencia está en peligro.
Como alternativa, la asociación creó un mercado de atún de especie migratoria y vende los productos a los turistas.
El proyecto también contribuye a la conservación de las Galápagos, ya que utiliza para ahumar el pescado la llamada madera de guayabo, que es una especie invasiva y perjudicial para el hábitat.
Otra iniciativa premiada es la Hacienda Shompole, propiedad del pueblo Maasai, que se extiende por más de 62.000 hectáreas de pastizales y sabanas de Kenia, que desde 1979 se dedica a conservar y recuperar el medio ambiente local a través del turismo ecológico.
Al pueblo de Andavadoaka de Madagascar también se le concedió el galardón por sus proyectos para prevenir la desaparición de las pesquerías de pulpo, un sustento tradicional de la población.
De igual modo, en Bangladesh fue premiado el grupo Shidhulai Swanirvar Sangstha, que utiliza la extensa red fluvial del Ganges para difundir la educación medioambiental.
El administrador del PNUD, Kemal Dervis, felicitó a los ganadores, y señaló: "La proliferación de estas iniciativa es crucial para lograr nuestros objetivos comunes de conservar la biodiversidad, responder al cambio climático y alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio".
Por su parte, el gerente del departamento de Energía y Medio Ambiente del PNUD, Charles Mc Neill, afirmó que estos premios, que se conceden con carácter bianual desde el 2002, "sirven para concienciar de los vínculos que existen entre la salud, la biología, los medios ambientes diversificados y la creación de un modo de vida sostenible".
En el concurso se presentaron 300 proyectos procedentes de 70 países del mundo. La concesión oficial de los premios se llevará a cabo en una ceremonia en Berlín el próximo 5 de junio, justo en vísperas de la cumbre del Grupo de los Ocho (G-8) países más industrializados, que centrará parte de sus discusiones en el cambio climático.