En medio de un derroche de lujo, de cientos de invitados y al ritmo de múltiples campanadas, la cantante mexicana Paulina Rubio y el empresario español Nicolás Vallejo-Nájera se casaron el lunes pasado en un parque paradisiaco, en la zona turística de Cancún. El enlace ha sido considerado por los medios como la boda del año.
“Me siento sumamente feliz. Este es un hombre íntegro al que le voy a dar muchos rubitos”, fueron las primeras palabras de la chica dorada con el rostro radiante de felicidad durante la ceremonia en el parque ecoarqueológico Xcaret.
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“Es un hombre que me ama, me quiere y me respeta”, dijo durante una breve aparición en una zona preparada cerca del estacionamiento donde más de 130 reporteros, camarógrafos y fotógrafos –tras aguardar seis horas– le realizaron preguntas en presencia de su esposo.
Ante los gritos para que los recién casados se dieran un beso, con su habitual picardía la cantante preguntó que si lo querían sencillo o... e hizo una pausa que sugería un beso ardiente. De inmediato, el empresario la tomó de la cintura, ella llevó sus manos al rostro de él y se besaron apasionadamente.
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Sin pizca de preocupación por el accidente de la noche anterior cuando se cayó de una mesa de cristal en la que bailaba, confirmó que le aplicaron tres puntos de sutura.
Pero yo soy fuerte, manifestó en tono de broma e insinuando que fue un incidente menor.
También sonriente, pero menos expresivo que su esposa, Vallejo-Nájera manifestó que al verla entrar en la capilla se sintió feliz. “Tengo la mujer más bella del mundo a mi lado”, expresó. Rubio apareció ante los medios con un vestido color blanco perlado, sin tirantes, drapeado en la parte superior y en la cintura donde llevaba una gran flor en tela. Lució el cabello suelto y su maquillaje era bastante natural.
El empresario llevaba un traje gris oscuro, camisa blanca, corbata gris metálico y una rosa blanca en la solapa izquierda.
La intérprete de Ni una sola palabra agradeció la presencia y regresó a la recepción porque la esperaban invitados como Alejandro Sanz, Juan Gabriel y Marco Antonio Solís, el Buki.
Antes de partir gritó: ¡Viva México y España!