“Ser número uno es algo que ni siquiera me atrevía a soñar. Aún no me lo creo”, dice la menor de los hijos de Rocío y Junior, quien, sin embargo, comenta que a sus 3 años sí se imaginaba subida en los escenarios y viajando de un lugar a otro. Por algo lleva la música trenzada en los genes, aunque eso no siempre es garantía de éxito, pues sus hermanos, Carmen y Antonio, también hicieron el intento de conquistar el mundo musical en la década de los ochenta, cuando sacaron al mercado los trabajos discográficos Sopa de amor y Entre cocodrilos.