Probablemente algunas personas no sepan quién fue Carlos Espinoza Larrea ni los beneficios que prestó al avance del balneario en tiempos que, en realidad, su infraestructura era prácticamente nula. Ese señor estuvo al frente del Municipio de Salinas por más de 30 años, y allá es uno de los nombres más respetados, recordados y queridos. No pueden a su nombre anexar el de una persona que aunque quizás lo merezca, por su ayuda, no creo que haya hecho méritos suficientes para llegar a esta absurda resolución pretendida.
Édgar Diminich M.,
ingeniero, Guayaquil