La fina arenisca en el aire contaminado eleva el riesgo de enfermedad cardíaca en mujeres mayores mucho más poderosamente de lo que pensaban los científicos, según halló un amplio estudio financiado con fondos federales, poniendo en duda si los estándares ambientales de Estados Unidos son lo bastante estrictos.

La Agencia de Protección Ambiental redujo su límite diario para estas pequeñas partículas, conocidas como partículas finas (PMs con un diámetro aerodinámico menor o igual a 2,5 microgramos), en septiembre. Pero mantuvo invariable el límite anual promedio, permitiendo una concentración de 15 millonésimas de gramo por cada metro cúbico de aire.

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En este estudio de 65.893 mujeres, la exposición promedio fue de 13 unidades, en la que dos tercios de los individuos caían debajo del estándar nacional. Pero cada incremento de 10 unidades, comenzando en 0, elevó incrementó el riesgo de enfermedad cardiovascular fatal en cerca del 75%. Esto es varias veces más alto que lo mostrado en un estudio por la Asociación Estadounidense Contra el Cáncer.
 
Hubo mucha evidencia que previamente sugería que el estándar a largo plazo debería ser más bajo, y estó se suma a otro estudio más que apunta hacia esa evidencia, expresó Douglas Dockery, especialista en contaminación en la Facultad de Salud Pública de Harvard, en un editorial que acompaña al estudio, el cual fue publicado el jueves en el New England Journal of Medicine.

Investigadores de la Universidad de Washington trabajaron a partir de información recolectada para la Iniciativa de Salud de la Mujer, un proyecto de investigación ampliamente respetado que previamente mostró los peligros al músculo cardíaco debido a suplementos hormonales.

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Durante largo tiempo se ha sabido que las partículas en suspensión o PMs pueden contribuir a enfermedades pulmonares y cardíacas, siendo las mujeres más susceptibles que los hombres a problemas cardíacos, tal vez debido a que sus vasos sanguíneos son más pequeños además de otras diferencias biológicas.

Pero quedó menos claro el grado de riesgo para mujeres mayores. Este estudio comenzó con mujeres que ya habían pasado por la menopausia y de entre 50 y 79 años.

A diferencia de estudios anteriores, se fijó no sólo en los fallecimientos sino también en los ataques al corazón, enfermedades coronarias, derrames cerebrales y arterias tapadas. Estos problemas eran 24% más probables con cada incremento de 10 unidades en PM. Casi 3% de las mujeres sufrieron algún tipo de problema cardiovascular.