El artista boricua, que obtuvo un premio de la Organización Mundial de la Salud por su campaña en contra de la violencia doméstica, estuvo en el país el pasado fin de semana. El sábado cerró la Teletón 2006 en Guayaquil y el domingo se presentó en Quito.
El sábado pasado causó furor en Guayaquil con su actuación en la Teletón 2006 y al día siguiente, el domingo, conquistó a los quiteños.
Se trata del cantante puertorriqueño Jerry Rivera, quien pese al frío y la llovizna permanente logró reunir a cientos de personas en la Tribuna de Los Shyris, al norte de la urbe. Allí se dio lugar uno de los conciertos más esperados dentro de las actividades programadas por los 472 años de fundación de esta capital.
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Jerry Rivera apareció a las 20:30 en el escenario multicolor montado junto a la tribuna. Dos horas antes, las cantantes ecuatorianas Mirela Cesa y Arena acaloraron el ambiente con sus ritmos bailables.
Gente iba y venía. Abrazados, tomados de la mano o en grupos de no menos de cinco personas, tropezaban unos con otros en busca de un sitio para observar el espectáculo. Las ventas se multiplicaron para Esther Palacios, una mujer de 57 años que en las fiestas de la ciudad prepara los tradicionales canelazos, una bebida que, según dijo, espanta el frío del cuerpo y la soledad del alma.
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El sonido de las trompetas golpeó en seco a la muchedumbre. Silencio, lluvia, aplausos y gritos. Rivera cautivó con su presencia. Vestido de negro entero con una chaqueta crema, el boricua entonó varias canciones de sus discos: Abriendo puertas, Cuenta conmigo, De otra manera y Rivera, este último un híbrido en el que la salsa y el pop empatan y seducen. La aglomeración no impidió que el público improvise espacios pequeños para demostrar sobre la hierba mojada sus habilidades en la salsa. Jesenia Beltrán, de 23 años, no le importó el frío con tal de estar frente a uno de sus ídolos musicales.
“Ese / el que dices que tu amor no se merece / el que intentas olvidarlo y ya no puedes” fue el estribillo de la canción con que Rivera cautivó al público. Siguieron aplausos, gritos, consignas y besos volados al artista.
A las 21:30, a pocos metros de la tarima, decenas de vehículos continuaban amontonados en la húmeda avenida mientras escuchaban el ritmo de Cara de niño, con el que Rivera se dio a conocer.
Nuevos planes
Durante su estadía en Guayaquil, Jerry Rivera –que hace poco fue reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el título Campeón de la salud, por su canción Ríos de dolor, que habla de la violencia doméstica– comentó que en los dos últimos años ha estado trabajando en los temas sociales y que “ahora no estoy pensando en lo discográfico. Siento que he llegado a una etapa en la que no puedo llevar mi vida alrededor de un disco. Quiero ser recíproco con mi público”.
El boricua, que en este año ha visitado varias veces el país, reveló que gusta tanto del Ecuador que hasta planea comprarse un departamento en Guayaquil. Sin embargo, él no precisó en qué lugar del Puerto Principal aspira a tener la vivienda.