El contraste se dio ayer en la plaza de toros Quito. Mientras el español Francisco Ruiz Miguel salió en hombros, los ecuatorianos Rodrigo Marín y Neptalí Caza quedaron estropeados luego de que dos novillos les propinaran espectaculares revolcones por la arena del coso capitalino.
Durante el segundo festejo de abono de la Feria de Quito Jesús del Gran Poder 2006, un festival benéfico que reunió a unas diez mil personas, la española Cristina Sánchez logró arrancar a su ejemplar una oreja, que fue un premio a su valentía, depurado arte, empeño e identificación con el público quiteño.
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La tarde estuvo dedicada a exhibir a figuras que en su momento descollaron en el mundo taurino y que ahora reviven recuerdos por los ruedos.
Uno de ellos fue el diestro Francisco Ruiz Miguel, español de 57 años, que mantiene el estado físico de uno de 40, el entusiasmo de uno de 20 y la calidad de toda una vida.
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Lidiando a Armero, Ruiz Miguel inundó de toreo clásico la plaza y se llenó de trofeos: dos orejas, palmas y gritos a rabiar y salida en hombros.
El portugués Víctor Mendes, de 47 años, si bien no le alcanzó en méritos al español, mostró cualidades que le valieron una vuelta al ruedo, luego de dejar sobre la arena una bien construida faena.
El ecuatoriano Rodrigo Marín, de 45 años, desarrolló su faena en predios muy cercanos al animal, llevando peligro en cada acción hasta que el novillo lo revolcó. Marín se levantó y lo despachó en un segundo intento. El público aplaudió su coraje.
El rejoneador ecuatoriano Guillermo Jarrín, de 24 años, mostró buenas condiciones, aunque su ejemplar no respondió.
Otro susto se llevó el experimentado y querido banderillero Neptalí Caza el Tortuga, quien fue invitado por Mendes para colocar un par de banderillas pero el novillo prendió sus pitones en su traje, arrojándolo por los aires. Por suerte, recibió solo golpes.