Dragones: destino de fuego es el segundo intento de la productora peruana Alpamayo por hacerse un nombre en la animación virtual. Tras Piratas del Callao se esperaba que hubiera un avance en la siguiente realización, y sí lo hay en el aspecto técnico, aunque el resultado sigue sin ser del todo nítido, en especial si se las compara con las producciones animadas de los grandes estudios, que preparan varios estrenos para esta temporada (Lo que el agua se llevó, de Dreamworks; George el curioso, de Universal Pictures; Colegas en el bosque, de Sony; y La granja, de Nickelodeon). Es hacia la mitad de la cinta que adquiere mayor viveza visual.
Pero hay otras diferencias respecto a su antecesora. El desarrollo de la historia no iguala el potencial que tuvo la anterior producción peruana. La duración es de 80 minutos, pero a ratos parecería más larga.
Adaptada de una novela de Hernán Garrido Lecca, al autor de Piratas y productor de Alpamayo, algo le faltó a la hora de pasarlo al guión. De entrada explica cómo a partir de una guerra entre los dragones que habitan en el centro de la tierra, un huevo de estas criaturas va a parar a un nido de cóndores imperiales en las alturas andinas.
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El dragón Sinchi –palabra quichua– crece entre las aves que no lo aceptan por su rareza, hasta que se entera que una profecía lo destina a liberar a los de su raza. El retorno lo hace en compañía de una libérnaga (mezcla de libélula y luciérnaga), y una dragona que le revela que su verdadero nombre es… John John.
Los momentos que deberían ser los más divertidos, cuando el dragón empieza su entrenamiento, se convierten en una serie de alusiones a otras películas. Además de sesiones de lucha y flexiones con Eye of the Tiger de fondo, es perseguido por un lago del que salen criaturas marinas prehistóricas parecidas a las que acosaban a los protagonistas de Ice Age 2, y tiene que enfrentar a unas tortugas expertas en jujitsu, como en Matrix.
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Como contraparte, hay referencias ambientales, encarnadas por un chamán humano, que encoge al protagonista para que entienda que a pesar de que su naturaleza le permite echar fuego, es responsable de los daños que cause.
A pesar de partir de una premisa sencilla, Dragones se enreda bastante. Si es un lugar lo que se quiere conseguir para la animación latinoamericana, será necesario pulirse para estar en condiciones de ponerse junto a la competencia.
DRAGONES: DESTINO DE FUEGO
Dirección: Eduardo Schuldt.
País: Perú, 2006.
Voces: Silvia Navarro, Jesús Ochoa, Elva Alcandré.
Duración: 80 minutos.
Género: Animación.
Cines: Cinemark y Supercines.