La intervención fue un éxito, pero por motivos psicológicos el paciente decidió, de común acuerdo con su mujer, que el pene implantado le fuera retirado, indicó una nota de diario El País, de España.
El caso constituye un hito médico por la complejidad de conectar con microcirugía los nervios y diminutas venas de la zona. En ocasiones anteriores hubo médicos que pudieron volver a implantar a un hombre el pene que había perdido de forma violenta, pero esta es la primera ocasión en la que alguien recibe el órgano de otra persona.
Los médicos explican que la operación fue un éxito: el hombre era capaz de orinar con normalidad a los diez días de la operación.