Lúcido compositor y animal en conciertos, el cantante estadounidense Axl Rose, nacido en Indiana en 1962, parece habérselas ingeniado para desperdiciar su talento, alejar a sus compañeros y convertirse en el único miembro original de los Guns n Roses, uno de los grupos más memorables en la historia del rock.

Famélico cuando llegó a Los Ángeles en la década de los ochenta a probar suerte, y convertido ahora en un adulado divo cuarentón recluido en su lujosa propiedad californiana, Rose alimenta desde hace una década la desesperación de sus  admiradores que esperan un nuevo álbum suyo, una promesa recurrente pero siempre en el limbo.

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Empresarios, músicos, ingenieros de sonido: muchos tiraron la toalla frente a este personaje cubierto de tatuajes y con fama de inmanejable, famoso por cancelar sus conciertos a último momento. En 1992, Rose le diría a la revista Rolling Stone que su inestabilidad mental es consecuencia de los abusos sufridos en su infancia.