Una sonrisa dulce que se deja acompañar de una mirada intensa de ojos miel y una sorprendente tenacidad atrapada en su delgada figura. Así es la nueva estrella del cine británico Keira Knightley, la protagonista de Pride and Prejudice (Orgullo y prejuicio), que aspira a un premio Oscar como mejor actriz.

Tiene 20 años y llegar a la Meca del Cine ha sido un golpe de suerte más para esta hija de actores, que a los 6 años ya tenía un agente. De madre escritora  y de padre actor de teatro, Knightley ya sabe que la fama es una cuestión efímera.

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“En este mundo, la fama dura un segundo. Puedes ser encumbrada y derribada. La gente pierde interés en los rostros porque llegan nuevos cada segundo”, reconoció la actriz.

Knightley se mete en la piel de una heroína que se resiste a la rigidez de la época victoriana, cuando la vida de las mujeres dependía del matrimonio que pudiesen conseguir.

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De ganar Knightley, sería la más joven en recoger el premio, superando a Marlee Matline, que ganó una estatuilla  a los 21 años por Children of a Lesser God (Hijos de un dios menor), en 1986.