Ella lo llama una travesura. Una aventura lúdica.  No   un volumen  de crítica y menos   un tratado musical. Es un ensayo sobre las canciones del cantautor   Joan Manuel Serrat, hecho desde el gusto y la admiración,  y Lucrecia Maldonado, su   autora, lo confiesa. El libro se titula  Érase un niño que un día descubrió el aire de la calle (una visión personal de las canciones de Serrat).

Sí, así de largo es el título.  Pero las páginas no son numerosas. Son 122 y en ellas caben las reflexiones de Maldonado   sobre 25 canciones del cantautor catalán y las letras de estas. No están  todos  los temas que ha compuesto Serrat. Apenas hay  una breve  muestra. Una selección en la que primó el  gusto y la cercanía afectiva de la escritora. No incluyó los  éxitos, ni las que más han sonado en las radios. Sino las que, según su criterio, mejor retratan al autor de Mediterráneo, Penélope y otras tantas canciones.

Constan, sobre todo, los temas de los primeros años de Serrat. Las canciones de juventud, aunque también una que otra de madurez, en las que Maldonado halla ciertos factores comunes: un alto nivel de manejo del lenguaje y de recursos poéticos; empatía con la vida cotidiana, con los afectos del común de las personas y con la sentimentalidad popular; y coincidencias de motivos y temas que han ido constituyéndose, con el tiempo, en  los puntales del universo temático de Serrat.

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Mi calle, Por San Juan, Mis gaviotas, Decir amigos, Sinceramente tuyo y  Utopía, son, entre otras, las canciones que forman parte de este ensayo, que no habla de la vida personal del autor, ni de chismes sobre su vida, sino sobre sus creaciones.

Maldonado, escritora ecuatoriana, Premio Aurelio Espinosa Pólit 2005 por la  novela Salvo el calvario, se muestra aquí en otra faceta. Con este libro se inaugura el sello editorial El ángel editor, que dirige Xavier Oquendo.