La historiadora de arte  Lupe Álvarez, creadora  del proyecto   Umbrales del arte en el Ecuador, que se exhibía en el  Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC) desde julio del 2004 y   que se está desmontando,  refiere  que la muestra     no fue concebida para ser permanente, pero que la  idea era darle continuidad.

Se pensaba, dice,  ir sustituyendo los bienes con otros y llevar parcelas de la exhibición  a otros lugares, porque estaba manejada bajo un concepto de miniexposiciones. Un  aspecto de la muestra, que  formaba parte de un todo, era a su vez un todo.

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Dice  que el proyecto no se ha sostenido   porque  el MAAC  no tiene personal intelectualmente   responsable de esa muestra. Quienes concibieron y ejecutaron el proyecto ya no están. Asegura  que el MAAC de ahora no tiene nada que ver con el que ellos pensaron.

“Había muchos proyectos y uno de ellos era  Umbrales, porque un museo es un concepto, no un abrir las puertas y nada más. Umbrales era un proyecto de gestación de investigaciones”, indica  la historiadora, que  dejó de ser parte del equipo  del MAAC luego de que la exposición  se abrió al público a mediados del  2004.

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Opina que a Umbrales le ha faltado gestión. Insiste en que  una muestra no es solo abrirla. “Abrirla es parte de la gestión de un museo.  Un museo tiene la obligación de gestionar todo un conjunto de estrategias en torno a una muestra, sin embargo no se hizo ni una conferencia alrededor de Umbrales”, afirma  Álvarez.

Cuenta    que Umbrales nació como un proyecto destinado a repensar los patrimonios simbólicos del arte moderno en Ecuador. Había, desde su punto de vista,    anquilosamiento y una  historia contada de manera cronológica, sin movilizar universos ni significados nuevos. “Umbrales era una alternativa a esa visión.  El objetivo no era tener una muestra permanente, porque me parece improcedente una muestra permanente en cualquier museo, sino tratar de poner en escena, de  manera nueva, una serie de colecciones del país, públicas y privadas, que la gente las pueda leer a la luz de nuevos conceptos, que puedan relacionar obras”.

Una de las fortalezas de Umbrales, según su autora, era que incluía no solo a la pintura, sino que revalorizaba la caricatura, la ilustración, la fotografía, y eso, en su opinión, es una relación enriquecedora para el público.

Umbrales será reemplazada por otras exposiciones. Señala  que al parecer la categoría que ahora se impone en el museo es lo de “qué bonito” en vez del análisis.  Dice  que es necesario que un conjunto más amplio de la sociedad haga un análisis del museo:  académicos,  intelectuales y la gente que va al MAAC.


Un museo tiene la obligación de gestionar todo un conjunto de estrategias en torno a una muestra, sin embargo no se hizo ni una conferencia alrededor de Umbrales.
Lupe Álvarez,
historiadora