Los mejores 356 alumnos de escuelas y colegios recibieron este galardón durante una ceremonia.

El rostro de Patricia Pacheco Burgos, de 52 años, reflejaba la mañana de ayer una mezcla de alegría y tristeza.

La primera demostraba el orgullo que sentía al ver a su nieto Bryan Palacio Palma, de nueve años, recibir la medalla de la Filantrópica. La segunda era por su hija Olga, madre del pequeño, quien por su grave enfermedad no pudo disfrutar de este momento.

Bryan, estudiante del primer año de la escuela particular Luis Vernaza, estaba sereno y feliz cuando recibió este reconocimiento a su dedicación estudiantil en el salón de honor José Salcedo Delgado de la Benemérita Sociedad Filantrópica del Guayas.

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“Es un premio a su esfuerzo y sé que va a ser un hombre de bien”, expresó Patricia mientras trataba de ocultar las lágrimas que rodaban por su rostro. El papá de Bryan falleció hace tres años y su madre Olga dejó de trabajar porque le diagnosticaron leucemia. Su abuela Patricia es quien se encarga de su cuidado a pesar de las necesidades y la falta de recursos económicos. La mesa del comedor de su vivienda de caña, que está ubicada en el bloque 7 de Flor de Bastión, es el testigo mudo de sus horas de estudio.

Bryan, al igual que otros 355 estudiantes de escuelas y colegios, se dieron cita en el edificio de esta entidad, ubicada en Junín y Córdova, para recibir la medalla como premio a su conducta y aplicación.

“Es un estímulo para que ellos se esfuercen en estudiar”, expresó Gustavo Illingworth Baquerizo, presidente de la Sociedad Filantrópica que celebró ayer 156 años de vida institucional.

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Surgió el 21 de noviembre de 1849 cuando un grupo de guayaquileños decidió ayudar a las clases populares, y desde 1875 cada año entrega medallas a los mejores estudiantes, recordó.

En el gran salón se encontraba Rosa Parra Arias, de 37 años, estudiante de la escuela de joyería y grabados Arturo Sánchez Regalado. “Es lo más lindo, pienso que me esforcé bastante para obtener esto”, manifestó mientras apreciaba la medalla que le fue colocada en su pecho.

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Rosa utiliza bastones para poder movilizarse, pues a la edad de un año y dos meses enfermó de polio. Sin embargo, esto no la ha limitado para estudiar y graduarse de bachiller en el 28 de Mayo y asistir a varios cursos. Hoy, gracias al apoyo de su hermana Manuela está cumpliendo el sueño de su vida: “ser una gran joyera”.

Un chofer, a quien cancela las carreras mensualmente, la traslada todos los días desde su casa, ubicada en la 40 y la D, hasta su escuela, en Diez de Agosto y Esmeraldas.

Ella no cuenta con las herramientas para elaborar sus trabajos, por lo que piensa realizar un préstamo en el Instituto Ecuatoriano de Crédito Educativo y Becas (IECE) para adquirirlas y abrirse campo en su profesión.

La Benemérita Sociedad Filantrópica del Guayas

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Gustavo Illingworth Baquerizo, presidente de la Filantrópica desde hace 35 años, manifestó que el objetivo de este reconocimiento es darles un estímulo a los estudiantes para que continúen esforzándose en sus estudios.

Recordó que la Filantrópica surgió de un grupo de guayaquileños con el único objetivo de ayudar a las clases populares.

Actualmente, está integrada por cerca de noventa personas de toda clase. La Filantrópica regenta desde hace más de cien años dos escuelas, la primera Rocafuerte y la Ansuategui de Artes y Oficios, donde se educan cerca de 1.500 alumnos de manera gratuita. Conforme el paso del tiempo se ha adaptado la materia de computación en la educación primaria.

A las 18h00 durante la sesión solemne se entregarían medallas al mérito al jefe del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, Jaime Cucalón de Ycaza, y a los antiguos alumnos que recibieron la medalla escolar y que se han destacado en la sociedad como el Juan José Pons Arízaga, María Auxiliadora Bejarano de Torres, Maria Gloria Cornejo, Alfredo Mancheno, entre otros.

 "Son 156 años de existencia de la Filantrópica, de la labor realizada, del progreso de la ciudad y del país, por medio de los estudiantes graduados en las diversas ramas artesanales", enfatizó Illingworth.