Angela Merkel fue juramentada hoy como la primera mujer canciller de Alemania, al frente de un gobierno de coalición de partidos de izquierda y derecha que encara la difícil tarea de reactivar la mayor economía de Europa.

"Me dedicaré con todas mis fuerzas al bienestar del pueblo alemán", prometió Merkel en su discurso.

Los legisladores habían votado 397 a 202 con 12 abstenciones para confirmar a Merkel como la octava persona al frente de un gobierno germano desde la Segunda Guerra Mundial, superando holgadamente los 30 votos necesarios.

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Reemplaza al socialdemócrata Gerhard Schroeder, cuyos siete años de coalición gubernamental entre los socialistas y los verdes fue derrotada el 18 de septiembre. Merkel es además la primera canciller proveniente de la antigua Alemania oriental comunista.

Schroeder fue el primero en felicitar a Merkel tras ser anunciada la votación.

"Estimada señora Merkel, es usted la primera mujer elegida democráticamente jefa de gobierno en Alemania", indicó el presidente del parlamento Norbert Lammert. "Es un importante aviso para las mujeres y ciertamente para los hombres también. Le deseo lo mejor, la bendición de Dios y cierta alegría en su alto cargo", añadió.

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Merkel necesitará todas sus energías ya que su gabinete, formado por políticos que hasta hace unas semanas eran adversarios empecinados, encara el crónico problema del elevado desempleo -en la actualidad del 11%- y un anémico crecimiento económico.

El presidente Horst Koehler tomó el juramento de cargo a Merkel en el palacio berlinés de Charlottenburg, antes de que lo hiciera en el Bundestag, el Parlamento.

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"Mis felicitaciones, le deseo fortaleza y la bendición divina diaria", le indicó Koehler. "Muchas gracias, señor presidente", le respondió Merkel.

La votación del martes tuvo lugar seis meses después de anunciar Schroeder las elecciones generales con un año de anticipación, y más de dos meses después de los igualados comicios legislativos que obligaron a los partidos alemanes a formar una gran coalición entre los conservadores de Merkel y los socialistas.

Las dificultades que podría encarar la coalición fueron obvias en la votación, ya que por lo menos 51 de los 448 miembros de la alianza respaldaron a Merkel en una votación secreta.

Mediante la alianza con los socialistas, la conservadora democracia cristiana de Merkel ha tenido que transar en el tema de los impuestos y la reforma de los generosos beneficios sociales germanos, lo que algunos temen que podría minar la coalición.

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