"Uno de los virus de transmisión sexual que más preocupa a las mujeres es el VPH, ya que algunas de sus cepas malignas son responsables del cáncer de cuello uterino. Sin embargo, su contagio y su evolución pueden prevenirse. Además, se está desarrollando una vacuna"

El VPH, virus del papiloma humano, es uno de los más temidos por las mujeres si de su salud ginecológica se trata. Es en realidad un virus que incluye más de 100 tipos o cepas diferentes, algunas de las cuales son consideradas de alto riesgo. Esto se debe a que años atrás se descubrió que estas cepas son responsables del 98 por ciento de los casos de cáncer de cuello uterino.

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Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), cada año 500 mil mujeres enferman de este cáncer y 230 mil fallecen en todo el mundo. Lo más preocupante de esta estadística no son sólo sus cifras elevadas sino que los especialistas consideran que, con políticas de prevención, se puede evitar. Es que todos los años, 300 millones de mujeres se infectan con alguno de los cien tipos diferentes (benignos y malignos, de bajo y de alto riesgo) de VPH; 30 millones padecen lesiones leves; 10 millones sufren patologías más graves; y 500 mil desarrollan cáncer de cuello uterino.

Como una de las vías de transmisión del VPH son las relaciones sexuales, tanto mujeres como hombres corren el riesgo de contraer alguna de las cepas malignas. Por eso, los especialistas estiman que además de dar origen al cáncer de cuello uterino, algunas de esas cepas malignas también desempeñan un papel importante en el cáncer de ano, vagina y pene.

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Por eso, y con el objetivo de disminuir los casos de cáncer de cuello uterino, las organizaciones de salud de todo el mundo han elaborado una serie de recomendaciones. La Asociación Médica America-na aconseja, por ejemplo, mantener relaciones sexuales con una pareja estable y hacerlo con preservativo.

Otra medida fundamental que forma parte de numerosas campañas de salud consiste en la detección temprana de las lesiones que las cepas nocivas de este virus puedan causar en el cuello uterino. La OPS considera que si bien el cáncer cervicouterino es una causa preponderante de mortalidad en las mujeres a nivel mundial, es la neoplasia que presenta el mayor potencial demostrado de prevención secundaria. De hecho, considera que se trata de una enfermedad prevenible y curable con bajo costo y bajo riesgo, si los gobiernos garantizan el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de las mujeres asintomáticas. Si se logra que las mujeres concurran periódicamente al ginecólogo para realizar la prueba de Papanicolau (que revela la presencia del virus), quienes obtengan un resultado positivo podrán ser tratadas en forma temprana y se evitará que la lesión se transforme en cáncer. Los especialistas creen que así disminuirá el número de mujeres que enferma, y por ende muere, de cáncer de cuello uterino.

Además de esto, en poco tiempo las mujeres contarán con un arma más contra el cáncer de cuello uterino, una vacuna contra algunas de las cepas más dañinas del VPH. Esta vacuna se está desarrollando en dos laboratorios y está a la espera de la aprobación de la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos. Los científicos son optimistas y consideran que antes de fin de año puede estar en venta, ya que un estudio reciente dio como resultado la prevención del cien por ciento del precáncer cervical y del cáncer de este tipo no invasivo.