Tras llegar a la máxima categoría (5), el ciclón se degradó a 2, pero tiene vientos de 180 kph y tornados.

El huracán Wilma se estacionó ayer sobre las paradisiacas playas del Caribe mexicano con intensos vientos y lluvias, provocando graves daños en la península de Yucatán y 71.000 evacuados en la región. 

Debido a la lentitud de su desplazamiento, la región soportó al menos 36 horas el azote directo del Wilma. “Nunca en la historia habíamos tenido un fenómeno meteorológico como el de  ahora, que equivale a cuatro o cinco huracanes de este tamaño que estuvieran  pasando de manera subsecuente”, dijo el gobernador del estado de Quintana Roo, Félix  González.

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Ayer dos de siete heridos por una explosión causada por los vientos de Wilma en Playa del Carmen, fallecieron a causa de sus quemaduras, en tanto que un hombre murió en Yucatán por el golpe de una rama de un árbol que cayó.

Ellos se suman a otras 14 víctimas que fallecieron la semana que termina por el Wilma: 13 en Haití y otro en México.

La zona más afectada es la costa entre los balnearios de Cancún y Playa del Carmen, donde al menos mil casas fueron dañadas, así como la cercana isla de Cozumel, que permanece incomunicada, todas sin servicio eléctrico ni agua.

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Los  habitantes del exclusivo balneario de Cancún aprovecharon el respiro que dio la tarde de ayer el  ojo del huracán Wilma tras doce horas de vientos mezclados con chorros de agua, para constatar la devastación, antes de volver a  guarecerse para una segunda jornada de lluvias y vientos.

El sector hotelero de Cancún se encontraba ayer bajo 5 a 8 metros de agua y unas mil personas que se albergaban en un refugio del centro debieron ser evacuadas cuando el tejado amenazó desplomarse.

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En hoteles usados como refugios la tormenta destrozó ventanas, hundió tejados, convirtió corredores interiores en túneles de viento y llenó de lluvia las habitaciones. Varios comercios fueron saqueados.

Miles de turistas siguen apiñados en condiciones cada vez más difíciles, en gimnasios y escuelas sin luz, inundados y con techos y ventanas rotos.

El Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. informó ayer que se preveía que Wilma continuase desplazándose lentamente en Yucatán provocando lluvias torrenciales por lo menos hasta anoche, elevando el riesgo de un desastre catastrófico, aunque se espera que se debilite al estar en tierra.

Cuba, que aguarda hoy la llegada del ciclón, ya es castigada por lluvias y varios tornados.

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Las precipitaciones comenzaron a azotar la provincia de Pinar del Río, cuna del tabaco, donde más de 200.000 personas han sido evacuadas, mientras en La Habana se prepara un operativo similar.

Los expertos no descartan que Wilma recobre fuerza cuando vuelva a salir al mar Caribe y se aproxime a las costas cubanas.

Mientras, se empezó a formar ayer en el Caribe la vigésima quinta depresión tropical, con vientos de 55 kph.

Si llega a pasar los 60 kph, entonces se transformaría en la 22ª tormenta tropical de la actual temporada del Atlántico, que sería la de mayor actividad en la historia, cuando faltan aún seis semanas para que culmine.

Si se forma, la tormenta se la denominaría Alfa, la primera letra del alfabeto griego, pues Wilma agotó los nombres de la lista del 2005.