Pasar del Cristo mágico, devocional, al Cristo vivo de la fe

1.– El mensaje de la Palabra de Dios
Resaltar la fragilidad de la fe de Pedro, que se debate entre la confianza en Jesús y el miedo. Describe la experiencia de entusiastas discípulos de Jesús, que sucumben ante las dificultades de la vida.

Es una enseñanza a la comunidad cristiana para que afronte con valentía, como Pedro, el riesgo de salir al encuentro del Señor, y para que, sintiendo su presencia, no vacile, ni tenga miedo ante las dificultades que la acosan.

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2.– ¿Qué compromiso nos pide el Señor?
Pasar del Cristo mágico, devocional, al Cristo vivo de la fe, que nos exige vivir lo que decimos que creemos: que nos ayuda a ser nosotros mismos y nos da seguridad para afrontar los momentos difíciles.

En los encuentros con Jesús que narran los Evangelios, se manifiestan una fuerza transformadora que abre a esos hombres y mujeres a la conversión.

Nuestro encuentro con el Cristo vivo en la lectura del Evangelio y en los sacramentos, ¿no debería producir los mismos efectos que produjo en Zaqueo, o en María Magdalena? ¿Por qué esa diferencia?

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Jesús hace un test a sus discípulos sobre la fe: no sobre lo que saben de él, sino si se fían de él, si tienen confianza en él.

Y la fe de Pedro es tan débil que, en vez de fiarse en la palabra de Jesús, busca en el milagro la confianza en la palabra de Jesús. Su actitud personifica nuestro caminar hacia Jesús, que no está exento de dudas: por encima del miedo a lo desconocido, debe predominar la confianza en su palabra.

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3.– ¿Cuál es mi respuesta, hoy?
* Si creo en Cristo, debo creerle a Cristo cuando me dice cómo debo vivir, cuál debe ser mi aporte para construir el mundo nuevo que él inició ¿Sí?

* Si me quedé con la fe en la primera Comunión, voy tratar de clarificar mi fe participando en algún taller, o curso.

* Para conocer mejor a Jesús, voy a leer personalmente el Evangelio.

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo

Asamblea: Gloria a ti, Señor
En aquel tiempo, inmediatamente después de la multiplicación de los panes, Jesús hizo que sus discípulos subieron a la barca y se dirigieran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Después de despedirle, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba él solo allí.

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Entre tanto, la barca iba ya muy lejos de la costa y las olas la sacudía, porque el viento era contrario. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos caminando sobre el agua. Los discípulos, al verlo andar sobre el agua se espantaron, y decían: “¡Es un fantasma!”. Y daban gritos de terror. Pero Jesús les dijo enseguida:
“Tranquilícense y no teman. Soy yo”.

Entonces le dijo Pedro: Señor, si eres tú, mándame ir a ti caminando sobre el agua”.

Jesús le contestó: “Ven”. Pedro bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua hacia Jesús; pero al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, comenzó a hundirse y gritó: “¡Sálvame, Señor!”. Inmediatamente Jesús le tendió la mano, lo sostuvo y le dijo: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?”.

En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó. Los que estaban en la barca se postraron ante Jesús diciendo: “Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios”.

Asamblea: Gloria a ti, Señor Jesús.