La selección estadounidense de fútbol, una de las revelaciones de la pasada Copa del Mundo, demostró que está en el camino correcto hacia Alemania 2006 al adjudicarse por tercera vez la Copa de Oro de la CONCACAF.
Estados Unidos necesitó ir a definición por tiros penales para derrotar el domingo a Panamá por 3-1 luego de igualar sin goles en 120 minutos de juego, pero más allá de su opaca actuación en la final el equipo dirigido por Bruce Arena fue el merecido campeón por la madurez que mostró en todo el torneo.
Los locales terminaron invictos en seis partidos y se llevaron el título gracias, en gran medida, a las actuaciones de jugadores con experiencia en el fútbol europeo como el arquero Kasey Keller y los habilidosos mediocampistas Landon Donovan y DaMarcus Beasley.
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En la final frente a los panameños, disputada ante unos 31.000 espectadores en el estadio de los Gigantes en East Rutherford, en Nueva Jersey, Keller fue decisivo para evitar la caída de su arco con excelentes intervenciones y volvió a brillar en la definición por penales, en la cual detuvo el primer remate a cargo de Luis Tejada.
Donovan manejó los tiempos del equipo estadounidense y desequilibró a lo largo de todo el torneo con su habilidad, aunque en la final se mostró en forma intermitente.
Por último, Beasley fue incansable con su gran despliegue por el carril izquierdo y también se mostró como unas de las principales cartas de su equipo.
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Donovan y Beasley fueron elegidos en el equipo ideal del torneo junto al zaguero Oguchi Onyewu, baluarte en la zaga del conjunto norteamericano.
Esta fue la segunda vez que los estadounidenses tuvieron que recurrir a los penales para ganar el torneo, pues en 1991 vencieron 4-3 a Honduras en ese tipo de definición. Su otra victoria fue en el 2002 ante Costa Rica.
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Con esta nueva consagración, Estados Unidos demostró que su fútbol sigue en pleno crecimiento luego de sorprender llegando a cuartos de final en el Mundial del 2002 en Asia y de ubicarse la semana pasada en el sexto puesto del ránking mundial de la FIFA, en el cual está justo detrás de México, su gran rival regional.
CON UN PIE EN ALEMANIA
Mexicanos y estadounidenses están al frente de la eliminatoria de la CONCACAF para el Mundial que se disputará el año próximo en Alemania, con 13 y 12 puntos, respectivamente, en cinco partidos.
Panamá (dos puntos), Trinidad y Tobago (4), Guatemala (4) y Costa Rica (7) luchan por el tercer puesto del hexagonal final de la región que también clasifica directamente para la copa. El cuarto podrá acceder a un repechaje.
Panamá, el equipo revelación de la octava edición de la Copa de Oro, arruinó los planes de los dos invitados de otras confederaciones que jugaron en el torneo de la CONCACAF, y casi dejan con las manos vacías a los locales.
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Los centroamericanos derrotaron dos veces a Colombia, en el Grupo A en Miami y luego en semifinales, y eliminaron por penales a Sudáfrica en cuartos de final.
Contaron con un arquero excepcional como Jaime Penedo, elegido como la gran figura de la final, y con el habilidoso Tejada, considerado el mejor jugador del torneo.
El director técnico de Panamá, José Hernández, destacó que para su equipo ésta fue una gran experiencia con vistas a los partidos decisivos que jugará próximamente en las eliminatorias, aunque se mostró algo decepcionado por la definición y destacó la figura del veterano Keller.
"Nosotros practicamos los penales, pero no queríamos definir el partido de esa forma porque sabíamos que nos enfrentábamos con un portero de gran calidad", admitió el colombiano Hernández tras la final.
Además del remate que Keller le detuvo a Tejada, tanto el delantero Jorge Luis Dely Valdés como Alberto Blanco desperdiciaron sus disparos. El primero estrelló el balón en el travesaño y el segundo lo envió desviado por arriba de la portería.
La gran decepción del torneo fue México, eliminado por Colombia en cuartos de final y que con esta actuación dio un paso atrás luego de su buena participación en la Copa Confederaciones.
En esa competencia terminó en el cuarto lugar detrás del campeón Brasil, el subcampeón Argentina y el local Alemania.