La exposición se inauguró el pasado martes y estará abierta hasta el próximo 30 de julio.

Las obras premiadas y seleccionadas del Salón de Julio del año 2004, certamen que convoca anualmente  el Museo Municipal guayaquileño, se exhiben ahora en Santo Domingo, la capital de República Dominicana, el lugar a través del cual Cristóbal Colón se asomó al nuevo mundo y en el que se preservan emblemáticos monumentos que testimonian la hazaña del almirante genovés, la entrada de la cultura europea a América y  el sincretismo que este hecho produjo.

En el Museo de Arte Moderno, situado en un conjunto de instituciones que realizan actividad cultural, cerca del centro histórico, la pintura ecuatoriana convocó, la noche del pasado martes, a un público heterogéneo, que poco o casi nada conocía del arte y de los creadores de este país atravesado por los Andes. Los referentes, para los más informados, son: Oswaldo Guayasamín, Eduardo Kingman y Estuardo Maldonado. Este último  expuso, hace algún tiempo, en la misma sala que ahora acoge al Salón de Julio 2004.

Las obras de Wilson Paccha, quien obtuvo el primer lugar en el certamen, Jorge Velarde, Marcos Restrepo, Marco Alvarado, Daniel Adoum, Félix Rodríguez, Javier Gavilánez, Jorge Aycart, María del Pilar Colás, Christian Moreano, Jorge Aranguren, Pamela Hurtado, entre otros artistas, que suman 27, ocupan la primera planta del museo, una moderna edificación de varios pisos.

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La crítica  y vicepresidenta de la Asociación Internacional de Críticos de Arte, Marianne de Tolentino, quien fue jurado del Salón de Julio el año pasado y es dominicana, fue una de las personalidades que presidieron la inauguración. Como una obra de riqueza creativa y de excelente factura, calificó Tolentino la muestra, que significa, afirmó, “un intento por iniciar un intercambio cultural entre los países de la región y promocionar el arte ecuatoriano fuera de los límites nacionales”. El año pasado esta obra fue a Colombia.

“Ahora que la veo por segunda vez, luego de un año, yo diría que la encuentro mejor, porque la primera vez estaba inmersa junto con dos compañeros, en un proceso de selección y premiación y había toda esa emoción y hasta un poquito de polémica y  preguntas de la gente. No tenía ese sosiego que tengo ahora al volverla a ver. Y no solo que no me arrepiento, sino que me siento orgullosa de haber participado en esa premiación”, comentó la crítica dominicana tras la apertura de la exposición.

Para un par de ecuatorianas que habitan en República Dominicana, la exhibición equivalió a un reencuentro con algo de su país de origen. Una de ellas fue Yolanda Alvarado, esposa de un diplomático de   Estados Unidos en Santo Domingo, quien junto con su cónyuge acudió a la inauguración; y la otra, Miriam Calzada, fotógrafa nacida en Guayaquil que llegó con su familia a la isla a los 5 años y se afincó allí.

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“Esta muestra me da una lucecita para intuir cómo están pensando los artistas jóvenes del Ecuador”, manifestó la fotógrafa, quien señala que el corazón aún le salta cuando escucha la palabra Guayaquil. Calificó a la exposición como “una muestra inteligente”.

El pintor uruguayo Fernando Varela, quien reside hace 30 años en Santo Domingo y exhibe en el primer piso del mismo museo la muestra La palabra callada, miró las obras del Salón de Julio en horas de la tarde del martes, porque, refirió, “las exposiciones no se ven en eventos sociales”.

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Indicó que no conocía el arte joven del Ecuador, pero que le parecía que el conjunto exhibido  tenía un lenguaje propio. Destacó el trabajo  titulado  Endemia, de Javier Gavilánez Sellán, al que calificó de divertido y plásticamente bien logrado. Otra pieza que elogió fue Atípicamente, típicamente típico, de Jorge Aranguren. De ella  expresó que era “fresca, agradable y analítica de la sociedad de consumo”.

Zulamita Puig de González, la subsecretaria de Patrimonio Cultural de República Dominicana, quien recordó las varias exposiciones que el maestro Guayasamín llevó a su país, dijo que “esta exhibición enseña cómo ha evolucionado el arte en Ecuador”. Melvin Hoyos, director de Cultura y Promoción Cívica de la Municipalidad de Guayaquil, y Olga Guerra, jefa del Museo Municipal, viajaron con la muestra.

NOTAS

AUSPICIOS
La muestra, organizada por el Municipio de Guayaquil, contó con la colaboración de la Embajada del Ecuador, el Museo de Arte Moderno de Santo Domingo, Envases Antillanos, la Secretaría de Cultura de República Dominicana, el Consulado Dominicano, la Fundación Museo de Arte Moderno y el auspicio de la Compañía de Cervezas Nacionales del Ecuador, que aportó económicamente para esta actividad.

LA MUESTRA
La exposición estará abierta al público hasta el próximo 30 de julio. En la inauguración el brindis se realizó con cerveza ecuatoriana.

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FRASES
Ha pasado largo tiempo desde las míticas visitas al país del maestro Oswaldo Guayasamín. Hoy, varios lustros después, podemos conocer parte de la producción artística más reciente de Ecuador. Son jóvenes ganadores del Salón de Julio 2004, que en plena búsqueda de su lenguaje (del hiperrealismo y el informalismo, al pop en su vertiente más lúdica), plantean una ruptura con las tradicionales limitaciones estéticas preestablecidas.

María Elena Ditrén,directora del Museo de Arte Moderno de Santo Domingo.

Los horizontes se abren hacia otras latitudes haciendo que las obras de nuestros artistas plásticos vayan conociéndose fuera de los linderos patrios, permitiendo que su valor trascienda más allá de nuestras fronteras y ayudando a que los jóvenes valores de la pintura ganen posición dentro de la plástica internacional.

Melvin Hoyos Galarza,director de Cultura y Promoción Cívica de la Municipalidad de Guayaquil.

Creo que este es el primer intercambio de arte entre Ecuador y República Dominicana y tiene que continuar. El sueño sería que el próximo año vaya a Ecuador una exposición de República Dominicana. Mi deseo es también algún día poder llevar a Guayaquil una muestra del Caribe Insular.

Marianne de Tolentino, directora del Centro Caribe y vicepresidenta de la Asociación Internacional de Críticos de Arte.