La historia de un exitoso escritor que ha perdido lo más valioso de su vida es la propuesta del escritor brasileño Paulo Coelho en su última novela, ‘El Zahir’, que estará en las librerías ecuatorianas en los próximos días.  Una entrevista exclusiva difundida por la casa editorial en la que el autor reflexiona sobre su nuevo trabajo.

Cuando Paulo Coelho se refiere a El Zahir, su último libro, dice que “trata de ver que todos nosotros tenemos una historia que nos contaron y que procuramos seguir, aunque no siempre sea la que debíamos estar viviendo. En este caso, el personaje central, un escritor muy famoso es abandonado por su mujer,  y en lugar de avanzar para descubrir lo que hay de distinto en el mundo, intenta saber qué otras oportunidades le da la vida de regresar al pasado, y está totalmente obsesionado por responder la pregunta: ¿por qué me dejó mi mujer si tengo éxito y soy capaz, en fin, una persona honesta y digna?

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Pregunta: ¿Y qué es El Zahir?
Respuesta: Siguiendo a Jorge Luis Borges, Zahir es una expresión de la mitología islámica del siglo XVI que significa “algo que una vez que se ve, no se puede jamás olvidar”. Eso puede ser una columna, puede ser una moneda o un pensamiento obsesivo, algo que al final puede ocupar totalmente su vida y llevarlo a la santidad o a la locura.

P: ¿Hasta qué punto El Zahir es autobiográfico? ¿Cuánto de usted hay en esta historia?
R: En el fondo todo escritor cuando escribe alguna cosa se involucra. Evidentemente yo siempre tuve muchos deseos de hablar sobre lo que significa ser una celebridad y, al mismo tiempo, estar totalmente aislado. En el caso del escritor él es eso. No tiene contacto con su público y al mismo tiempo sabe que su libro está siendo leído por millones de personas. El tema de la celebridad lo cuestiona e intenta analizar sus responsabilidades. En el momento en que la gente se sienta frente a su computador para comenzar a escribir un libro se convierte en una persona real. Por otro lado, evidentemente, yo jamás fui abandonado por mi mujer y toda esa parte de búsqueda, de obsesión de transformar una historia de amor, la verdad es un camino, es ficticio, aunque procura reflejar el estado actual del mundo.

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P: En el libro la mujer del escritor realizado tiene fama, éxito e independencia profesional, y asimismo lo abandona. ¿Por qué razón?
R: La gente está muy acostumbrada a la idea de la felicidad, o sea, usted llega a un punto donde pasamos a ser felices y no hay más desafíos. Yo creo que a partir del momento que la vida termina con sus desafíos, también termina con esa idea de alegría de buscar alguna cosa. Entonces, una pareja que finalmente conquistó varios obstáculos se comienza a cuestionar. ¿Son esos mismos los verdaderos valores? ¿Es para eso que la gente está en la Tierra? La mujer del escritor en lugar de engañarse, como normalmente termina sucediendo con parejas que alcanzan un punto de “armonía”, resuelve partir en busca de respuesta.

P: ¿En este punto ella decide convertirse en una corresponsal de guerra?
R: Esther se vuelve una corresponsal de guerra. Como mujer, ella piensa, con toda razón, de otra manera, que todo hombre tiene sus límites, es capaz de todo, es capaz de los actos más heroicos y de los actos más perversos. Nosotros hemos visto eso en las guerras que, infelizmente, se están transformando en una realidad de este mundo. Gente normal, gente del interior de Estados Unidos, que antes de poder ver a los grandes torturadores, ve una persona que van a atacar sin piedad alguna, como sucedió con las personas en la prisión de Abu Ghraib en Iraq. Recientemente un general americano, dando una entrevista, dijo que adora matar personas. Quiero decir, son cosas que las personas únicamente dicen en situaciones extremas, que van contra nuestra ética.

P: ¿Es preciso estar en un campo de batalla para comprender eso?
R: Yo creo que no es preciso, quiero decir, la vida es un campo de batalla, lo que la gente hace es olvidar eso. Más que en el fondo del universo y en todo lo que nosotros vemos, el fuego es una manifestación de incendio y confrontación. Constantemente buscamos esa cosa abstracta llamada paz, sin entender que nuestro organismo está luchando contra él mismo, que todo lo que nos rodea está en confrontación.

P: ¿En su opinión, El Zahir es parte de nuestra experiencia universal como seres humanos?
R: Es. En mi opinión todos nosotros tenemos nuestras obsesiones. Infelizmente quedamos presos por ciertas cosas que terminan empobreciendo nuestra existencia. Existe todo un proceso interior que nosotros tendríamos que desarrollar para entender que un desafío no es una obsesión, un desafío es una cosa que necesita ser vencida.

P: ¿Por qué el personaje principal del libro es de Kazajstán?
R: Yo escogí Kazajstán porque allí se encuentra la tradición Tengri. Una tradición en la que se puede concebir todo el universo y la idea clara de que Dios encuentra las puertas cerradas. La tradición Tengri durante años recibió influencia del Cristianismo, el Islamismo, el Confucionismo y permaneció. Quiere decir que la Tierra es la madre, la Tierra merece todo el respeto y a través de la Tierra se manifestaba el milagro de la vida. Pero la idea termina siendo depurada y girando en otro sentido.

P: ¿Usted encuentra en el mundo occidental, en una época que se adora a las celebridades, que aún hay espacio para el intelectual?
R: Yo hallo que la cultura y la celebridad no son necesariamente contradictorias. Veo mucha gente célebre que usa su celebridad en función de una buena causa. En cambio, para mí, un intelectual sí es una cosa gastada, es una cosa antigua, aquel intelectual en el sentido clásico que está eternamente criticando el mundo sin dar un paso adelante, sin hacer nada. Analizar no hace parte de mi vida, hace parte de mi vida vivirla. En este punto, cualquier persona que analiza el mundo sin participar de él está perdiendo mucho su tiempo.