Dos tenientes coroneles exigieron ayer la renuncia del presidente boliviano, Carlos Mesa.

Bolivia ingresaba ayer en un momento de  cruciales definiciones luego que un sector militar de rango intermedio pidiera la renuncia del presidente Carlos Mesa, mientras recrudecen las protestas callejeras que reclaman la nacionalización de los  hidrocarburos.

“Queremos la renuncia del Presidente de la República, puesto que en Bolivia sucede una cosa muy singular, ocurre que en el palacio no tenemos presidente y que Bolivia no tiene gobierno”, dijo el teniente coronel Julio Herrera a varios medios locales, junto a su camarada del mismo grado y arma, Julio César Galindo.

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Ambos señalaron ser parte de un Movimiento Militar Generacional que no pretende dar un golpe de Estado, sino promover una movilización pacífica para cerrar el Congreso, llamar a una Asamblea Constituyente y nacionalizar los hidrocarburos, a la red Erbol.

Sin embargo, la proclama  aglutinó a la clase política que respaldó totalmente el proceso democrático, recuperado en 1982 tras más de una  década de regímenes militares.

El alto mando militar anunció que castigará a los dos uniformados e insistió en que ellas se sujetan a la Constitución y al estado de derecho.

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Poco después, soldados salieron a colaborar con la policía en el control del orden en La Paz, escenario ayer de nuevas manifestaciones y bloqueos de calles y rutas por campesinos y otros sectores populares que piden nacionalizar la industria petrolera.

El presidente Mesa afirmó en un acto realizado en Sucre, 740 km al sudeste de La Paz, “que no quepa duda de que estoy cumpliendo mi deber y lo haré hasta el  último día de mi mandato (...). No pasa por mi cabeza la idea de renunciar  (porque) mi obligación, más que nunca, es cumplir el mandato de la Constitución Política del Estado”.

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Por la autonomía
Ayer los departamentos de Santa Cruz (este), Tarija (sur), Beni (nordeste) y Pando (norte), advirtieron  que celebrarán de hecho un referendo autonómico el próximo 12 de agosto y conminaron al Congreso a legalizar su decisión que, según otras regiones, provocará la  desintegración del país.

Santa Cruz, la región más rica y poblada del país, lidera un movimiento autónomo del poder central de La Paz, iniciativa a la que se adhirió Tarija, cuyo territorio contiene la segunda reserva de gas natural más importante de Sudamérica, cerca de 50 trillones de pies cúbicos.

Beni y Pando, que junto a Santa Cruz mantienen continuidad territorial, tienen enorme potencial agropecuario, pero son dos provincias despobladas y deprimidas.

En Washington, Jonathan Farrar, subsecretario adjunto de Estado para la lucha antidroga internacional, dijo que “EE.UU. está preocupado por la inestabilidad que originan grupos de oposición radicales que amenazan a los avances del país, duramente obtenidos, en materia de democracia, desarrollo económico y  la lucha contra el narcotráfico”.

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