Un espermagrama o examen de semen que permita analizar la cantidad, la calidad y la movilidad de los espermatozoides es el primer paso para detectar la infertilidad masculina, según los especialistas consultados.  Aunque hay otras técnicas como el ultrasonido transrrectal y la biopsia testicular.

La infertilidad puede ser causada por defectos congénitos o infecciones adquiridas, especialmente por enfermedades de transmisión sexual y, a veces, virales.

Según el Tratado de la Reproducción Humana, escrito por el doctor Juan Sandoval, el principal trastorno es el varicocele, que consiste en la dilatación de los venas testiculares en el escroto; esto causa un aumento de la temperatura que afecta la producción de espermatozoides. Dicha patología está presente en el 42% de los casos de infertilidad en el hombre.

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En segundo lugar está la obstrucción de las vías espermáticas, presente en el 14% de los casos; produce la denominada azoospermia (baja cantidad de espermatozoides).

Tanto el varicocele como la azoospermia obstructiva pueden corregirse mediante cirugías, siempre acompañada de una medicación especial.